Aunque cada día se les hace más difícil abastecerse con agua, los vecinos de Canaima, Carlos Soublette, sobreviven gracias al manantial de Mañonga.
José Manuel Di Prieto informó que suben a la montaña a recoger el vital líquido. “Debemos ir varios kilómetros cuesta arriba con nuestros tobos y pipotes para abastecernos, pero ya han bajado los niveles de la fuente, si no llueve en pocos días nosotros también quedaremos secos”.
Explicó que sectores como La Planada, La Tropicana y Montesano también se benefician. “Estamos desesperados y tratamos de llenar todos los tobos, pero llega un momento en que la situación se saldrá de nuestras manos porque la sequía parece extenderse”.
Indicó que se ayudan con la distribución de una cisterna cada 15 días, ya que por tubería llega cada tres meses y no es apta para el consumo. “Llega muy sucia, casi pantano, ya parecemos camellos”. LC/ep