Pueblo se amotina por restricción de venta de pollo en Pdval

Wilmer Martínez Añez.- [email protected] “Queremos comer” era la consigna que gritaban aproximadamente 100 varguenses que se quedaron sin poder llevar un pollo a su casa este jueves, porque supuestamente ya habían atendido a mil consumidores en el Pdval de Guaracarumbo, Urimare, y, automáticamente, el sistema se bloquea.

Personas con discapacidad, adultos mayores y padres de familia manifestaron sentirse humillados ante la situación, pues tuvieron que suplicar para que les vendieran los productos de la cesta básica. Sin embargo, se marcharon con las manos vacías, porque se les impidió el ingreso.

Esperaron casi dos horas apostados afuera del establecimiento, pero la gerente no les dio la cara, asegura Carla Sequera, quien llegó a las 4:30 am a hacer la cola. “A ella no le importa que el pueblo pase hambre, porque puede comprar por bulto, mientras que nosotros tenemos que hacer cola una vez por semana a ver qué conseguimos. Solo pude comprar una mantequilla y un kilo de azúcar en el Mercal, y eso es lo único que tengo para darle a mis hijos. No me parece justo tener que suplicar para comer”.

Mauricio Inojosa, otro de los afectados, dice que tiene más de un mes sin comprar pollo. “Vengo a rogar para comprar alimento y tener algo de comida para darle a mis hijos. Esta es la peor humillación que le pueden hacer a un pueblo”.

Sin versión oficial

Al intentar contactar a la gerente, el personal de seguridad indicó que ella no estaba autorizada para dar información oficial, por lo que se desconoce la cantidad de pollo que despacharon en el establecimiento.

Los denunciantes informaron que en la sucursal solo estaban vendiendo cuatro pollos por personas. Manifestaron que les comunicaron desde las puertas del establecimiento que volverían a vender hoy, motivo por el cual se mostraron molestos, ya que las ventas son por terminal de número de cédula y el viernes no les toca.

Tercera edad denuncia atropellos

José Rosales denunció que son víctimas de atropello por parte del personal del establecimiento al no ser tomados en cuenta, a pesar de ser personas de la tercera edad. “Todos somos pueblo y merecemos ser atendidos con respeto”.

De igual manera opina Inés Indriago, quien manifestó que no los dejaron entrar porque el sistema se había cerrado y los cajeros se marcharon. “Ni siquiera porque seamos discapacitados nos tienen consideración. No es posible que estemos viviendo de esta manera”.

Momento de tensión

Ante la angustia de no poder ingresar a comprar, los presenten comenzaron a gritar: “Queremos comer”, lo que generó un momento de tensión con los uniformados militares, quienes estuvieron a punto de detener a Orlando Marcano, quien presuntamente comenzó a gritar la consigna, pero el pueblo se unió y no lo permitió.

“Yo trabajo por mi cuenta vendiendo bollo, y desde diciembre no he podido hacer más porque no consigo harina ni pollo”, dice Marcano. /ep

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