El psicólogo escolar juega un rol primordial para hacer frente al bullying
Roger Álvarez señaló que la víctima en muchos casos presentan pensamientos de minusvalía, de fracaso y angustia
Laura De Stefano
“La figura del psicólogo escolar en las instituciones educativas juega cada vez más un papel fundamental en ese contexto, porque tenemos la oportunidad de monitorear el desarrollo integral y de intervenir en algunos comportamientos o conductas de manera inmediata y psicoprofiláctica”.
Estas fueron las palabras el psicólogo Roger Álvarez, de la Fundación San Pedro Apóstol en Maiquetía, a propósito de que este viernes 2 de mayo se conmemoró el Día Internacional contra el Acoso Escolar. Indicó que las instituciones deberían contar con protocolos, guías o manuales diseñados específicamente para atender y prevenir este fenómeno.
Manifestó que las instituciones educativas deben abordar la prevención y el manejo del bullying y del acoso cibernético o ciberbullying de manera integral, en consideración de toda la comunidad educativa debe partir de una propuesta participativa.

“Debe ser un esfuerzo entre todos los miembros de la comunidad educativa, entendiendo como tal a directores, maestros o profesores, alumnado, padres, psicólogos escolares, orientadores, porteros, secretarias, conductores de autobuses, conserjes, jardineros, todo el personal que directa o indirectamente forma parte de la institución, previo un alto nivel de conciencia e implicación por parte de todos”.
Recalcó que el acoso escolar y el cibernético son problemas específicos. Por eso deben enfrentarse con estrategias, metodologías y técnicas también específicas que apunten al desarrollo de conductas y comportamientos prosociales. “Para definirlas, todas las personas de la comunidad educativa deben participar de manera activa y permanente, según sus roles y funciones”.
El acoso escolar afecta a todos
El especialista señaló que el bullying puede tener efectos diversos, y es necesario verlo desde dos aspectos centrales en los jóvenes en desarrollo: la víctima, y el o los agresores.
“La víctima puede verse afectada principalmente a un nivel físico cuando hay agresividad, si es también violento, podemos observarlo con frecuencia que afecta habitualmente su proceso del desarrollo de la personalidad, comprometiéndose aspectos como la autoestima, autoimagen y autoconcepto, pilares fundamentales en el desarrollo interpsíquico e intrapsíquico”.
En muchos casos generan pensamientos de minusvalía, de fracaso, angustia, estrés, deserción escolar entre otros y que generalmente se manifiestan como alteraciones del estado de ánimo, viéndose cristalizados en algunos casos como trastorno de ansiedad generalizada o trastornos depresivos, y en comportamientos extremos como el suicidio.
Por otra parte, el agresor o los agresores también deben recibir atención para superar las consecuencias del fenómeno en que es destacado protagonista. “La persona acosadora también sufre secuelas relacionadas a sus actos, aunque parece no percatarse de ellas o no concederles importancia. Éstas afectan el normal desarrollo de su personalidad, sus relaciones sociales, familiares y escolares”.
El acosador, explicó, imagina que mediante sus acciones adquiere poder, estatus social y liderazgo, lo cual es parcialmente cierto en un inicio. “Sin embargo, sus actos van dejando en ella problemas de carácter psicológico en su formación y desarrollo que pueden traducirse en que llegue a ser una persona agresiva con su pareja o familia, hijos, compañeros de trabajo, entre otros”.
“Existe la tendencia de que en la adultez no puede sostener relaciones sociales adecuadas, sino basadas en el autoritarismo y la violencia. Esta persona puede incluso perfilarse en el futuro como un delincuente, ya que solo maneja esquemas o estilos autoritarios, mediante amenazas, agresividad y violencia”.
Advirtió que su manera de actuar lo convierte en una persona fría, indiferente, poco empática, rígida e insensible ante el sufrimiento y el reconocimiento de los derechos de los demás: la práctica de la empatía es extraña en su personalidad.
A corto plazo, el acosador presenta dificultad para mantener verdaderas amistades, permanentes y de larga duración, y para sostener relaciones auténticas; búsqueda de seguidores, quienes aprueban sus actos por temor; liderazgo falso; conductas masoquistas, sadismo y egolatría, y ambigüedad ante la valoración ética de sus actos.
Es frecuente el ausentismo escolar, dificultad para seguir normas y aceptar la autoridad, problemas de disciplina por su autosuficiencia y abuso de sustancias, que usa también como muestra de poder y para mantener su imagen de rebelde y aura de “chico malo”.
La familia también se ve afectada porque se da una ruptura del vínculo afectivo, la convivencia familiar se torna difícil e inestable y el clima de la organización familiar se ve alterado sustancialmente. Todo esto también lleva a desconfianzas, intolerancia y reclamos entre la pareja, lo cual en ocasiones desencadena separaciones y divorcios.
A nivel escolar, cuando el acoso se instala en un centro educativo, las consecuencias son inevitables. Entre ellas está el surgimiento de un clima inestable en las relaciones entre personal docente y alumnado, así como con los padres que se muestran preocupados y recelosos con la institución.
Dijo que los directores, docentes y los padres tienen que hacer un esfuerzo mayor de observación, y establecer mejores líneas de comunicación, coordinación y control; igualmente, deben desarrollar programas para prevenir y erradicar el problema”.
Desde la violencia a los insultos electrónicos
Álvarez expresó que el bullying es el acto de controlar y domina, es violencia física y psíquica, racismo, el machismo, la homofobia, el odio religioso, la burla, la risa no participativa y el desprestigio.
El cyber bullying es el insulto electrónico, el hostigamiento, la denigración, sonsacamiento, desvalimiento, exclusión, cyber persecución, paliza feliz z (happy slapping) y frenesí (happing). Tanto en el caso de la paliza feliz como del frenesí, el video con la grabación del incidente se cuelga después en la red para que lo vean miles de personas.
“Podemos definir la violencia escolar como cualquier relación, proceso o condición por la cual un individuo o grupo viola la integridad física, social y/o psicológica de otra persona o grupo en el espacio educativo, generando una forma de interacción en la que este proceso se reproduce. En otras palabras, es obligar a otra persona – utilizando la fuerza o la amenaza – a realizar un acto o a tomar una decisión en contra de su voluntad”.
Los factores que afectan a la violencia son la técnica, los medios de comunicación, el aprendizaje de conductas inadaptadas, los valores sociales dominantes y la intencionalidad, siempre vinculada al poder, de modo que la responsabilidad del agresor ni siquiera se cuestiona, ya que son los factores externos los que explican e incluso hasta justifican el acto violento.
Qué lleva a una persona ser acosador, el psicólogo manifestó que no existe un factor que explique por sí solo por qué una persona se comporta de manera violenta y otra no lo hace. “En este sentido nosotros como especialistas recurrimos a un modelo ecológico que tiene en cuenta numerosos factores: biológicos, sociales, culturales, económicos y políticos que influyen en la violencia”.