Rodolfo Ruiz
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Días de incertidumbre se viven en Venezuela cuando las consecuencias de la devaluación siguen causando estragos en la capacidad de consumo de los trabajadores.
Esta devaluación es motivo de gran preocupación, en un país cuya pobreza no cesa de crecer y se refleja en los índices de desnutrición, de desempleo y de precariedad en la calidad de vida.
Suben los precios y las ventas bajan
La voluntad de los comerciantes para no cerrar sus negocios los lleva al aumento sustancial de los precios, pero el bajo poder adquisitivo de los compradores los pone al límite de la sobrevivencia.
Proveedores se rigen por el dólar negro
Un comerciante de alimentos detalló: «Los clientes nos reclaman, pelean, pero lo más triste es que los distribuidores mayoristas se rigen por el dólar negro. Si compro la mercancía cara, tengo que aumentar los precios para poder verle la ganancia. El Gobierno debe congelar el precio del dólar porque si no todo va a seguir aumentando. Tienen que frenar la caída del bolívar, porque cuando aumenta el dólar los precios al mayor suben pero no se modifican a nuestro favor cuando baja», expresó un vendedor del Comunitario”.
El argumento es razonable, aunque al periodista le queda claro que hay algunos que se aprovechan de la situación para especular, y siempre el más perjudicado es el consumidor final, los trabajadores, el pueblo.
El 30% quedó en el olvido
Rina Rodriguez, encargada de una pollera, aseguró que desde hace mucho tiempo la ganancia por unidad de rubro está por debajo de lo legal, ya que los mayoristas les venden a elevados precios «y tenemos que bajar hasta la mínima ganancia para poder vender y no perder la mercancía. Ya a la gente el salario no les alcanza para comprar los alimentos».
La vendedora detalló que las ventas han caído y que los clientes que llevaban un pollo entero, compran alitas o patas de pollo y también hígado, buscando lo más barato.
“La pata de pollo a 8.5 bolívares el kilo es lo que más vendo en mi negocio, gracias a esta venta me mantengo, pues semanalmente vendo 200 kilos, mientras que el pollo entero no sale y muchas veces se nos pone verde”.
Perooo…¿cómo hace para vender a 8.5, si el bolívar fuerte-soberano-digital no tiene monedas fraccionadas, aún? El mínimo es 1. Seguro viene el redondeo.
Precios del pescado por las nubes
En las pescaderías manifestaron que debido al aumento del dólar que se dio antes de la reconvención de 4.1 bolívares a 5.25, el precio del pescado se disparó.
«Las ventas comenzaron a bajar en el momento en que se acercaba la nueva reconversión monetaria. De 700 kilos que se vendían en una semana bajamos a 200 y es que las especies ahora tienen un nuevo monto y no podemos bajarlo, ya que nuestros proveedores se rigen por el dólar negro y no por el BCV”.
Pero, ¿qué saben los pescadores de devaluaciones?, preguntamos.
«Aquí, en este país, tu país, Venezuela, todos estamos alerta todo el tiempo para poder sobrevivir. Todos estamos dolarizados», nos contesta el pescadero.
“Ya estamos acostumbrados”
Son estas las repetidas frases del venezolano que se debate entre la inconformidad y la resignación.
«En este país todos los días aumentan todo sin ningún control. Yo a veces me acuesto sin cenar, y sé que al día siguiente va a ser peor. Bueno, qué se va a hacer, ya nos estamos acostumbrando y lo que nos falta“, manifestó Karla Torres.
Medidas económicas parciales improvisadas
“No se trata de hallar un culpable, se trata de ponerse la mano en el corazón y de una vez por todas dejar a un lado la improvisación y hacer del aparato económico venezolano un eje verdadero de progreso para todos», señaló Isabel Monasterio quien se encontraba en el mercado comunitario de Catia La Mar.
Aseguró que tanto compradores como minoristas, son víctimas de este desastre./jd