El papa Francisco pidió este miércoles a los participantes del Foro Económico que se desarrolla en Davos que asuman la «responsabilidad moral» de la «lucha contra la pobreza», al tiempo que deseó que los debates «tengan en cuenta la urgente necesidad de avanzar en la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación».
“Éste es el gran desafío que nos plantea el momento actual. Y si, en la consecución de estos objetivos, nuestros días parecen mostrar signos de cierta regresión, no deja de ser cierto que cada nueva generación debe asumir las luchas y los logros de las generaciones pasadas, al tiempo que pone sus miras aún más más alto”.
Asimismo, subrayó que en un mundo marcado por la violencia, la agresión y la fragmentación, es esencial que los Estados y las empresas se unan para promover una solución ética con visión de futuro y modelos sólidos de globalización, que por su propia naturaleza deben implicar subordinar la búsqueda de poder y ganancia individual, ya sea política o económica, para el bien común de las familias, dando prioridad a los pobres, los necesitados y aquellos en situaciones más vulnerables.
Condenó que el mundo “sea cada vez más lacerado” en el que millones de personas sufren los efectos de los conflictos y advirtió que “la paz que anhelan los pueblos debe ser fruto de la justicia”.
Una de sus causas, dijo, es el hambre que “sigue asolando regiones enteras del planeta” mientras “otras están marcadas por el desperdicio excesivo de alimentos”.
“La explotación de los recursos naturales sigue enriqueciendo a unos cuantos, mientras deja a poblaciones enteras, que son los beneficiarios naturales de estos recursos, en un estado de indigencia y pobreza”, lamentó el pontífice argentino.
Asimismo pidió no ignorar “la explotación generalizada de hombres, mujeres y niños obligados a trabajar por salarios bajos y privados de perspectivas reales de un crecimiento personal y profesional”.