“¿Cómo es posible que 15 huevos cuesten más de Bs. 300.000 en kioscos, abastos y supermercados? Peor aún, por mi casa venden cada huevo en 35.000. ¿Qué vamos a comer?”, se pregunta con preocupación Margareth Gil.
“Ya no podemos hacer nada con una quincena. A duras penas se compra una harina de maíz y con eso no se vive. Antes los huevos eran la comida principal de los pobres, ahora es un lujo”.
Por su parte, los vendedores aseguran que sus ventas han bajado en la cuarentena “y con la nueva reducción de las horas laborales de los comercios decretada por el Gobernador todo va a empeorar”.
“Las cajas de huevos bailan al son del dólar paralelo y no los vamos a vender a pérdida”, expresó muy serio un vendedor. RM