El economista José Ramón Pérez considera que para desacelerar la devaluación del bolívar, que de acuerdo al portal Banca y Negocios fue de un 45,66% en 8 meses, el Gobierno debe diseñar programas de estabilización macroeconómica con políticas acertadas en el corto, mediano y largo plazo.
“No será nada fácil, pues se debe usar políticas económicas restrictivas o expansivas y todo dependerá de las estrategias del Gobierno. Si va a anclar el bolívar con una moneda extranjera dura, debe tener reservas internacionales suficientes y no es nuestro caso”.
Manifestó que tampoco podrá recurrir al sistema financiero internacional FMI, BM por las desavenencias con estos organismos. Por eso está haciendo alianzas y convenios para la obtención de préstamos con países amigos como China, Irán, la India, Rusia, Sudáfrica y Brasil. Pero se desconoce la profundidad de estos compromisos y qué ofrece nuestro Gobierno. “Sabemos que el dinero no tiene fronteras y ningún país da facilidades de préstamos sin recibir nada a cambio”.
“Una de las formas de tratar de frenar la inflación es anclar la paridad cambiaria con el dólar, que a pesar de las dificultades con los Estados Unidos, sigue siendo hasta ahora una moneda dura porque el 90% de las transacciones internacionales se hacen con esa divisa”.
Considera que el BCV no debe crear dinero inorgánico, el cual no tiene respaldo de la producción de bienes, y tratar de controlar el déficit fiscal. “En América Latina, hay países que han controlado la inflación, entre ellos Panamá, Costa Rica, Ecuador, Puerto Rico, Guyana y es por su estabilidad política, donde sus bancos centrales tienen autonomía propia y están en concordancia con la política fiscal auspiciada por sus gobiernos”.
Insuficiente la renta petrolera
Pérez, aunque reconoció que la producción de petróleo ha estado en el orden de los 800 mil barriles diarios y en agosto bajó el 15% situándose en 680MBD, es insuficiente porque hay convenios con países amigos que compran nuestro petróleo a precios por debajo del mercado y por las sanciones debemos negociar para cumplir con los acreedores. Por otro lado, hay una serie de subsidios para tratar de evitar más enojos a la población y volver a un ‘’caracazo’’ como son los bonos, programas sociales, gasolina subsidiada y préstamos a los emprendimientos por parte de la banca pública.
Además, el Gobierno ha impulsado una serie de importaciones de alimentos, bebidas, golosinas sin pago de impuestos, beneficiando a empresas externas en detrimento de la industria local, lo cual está generando un estímulo superficial a la demanda que a la larga se convierte en un desestímulo a la oferta debido a distorsión en los precios nominales desestimulando el ahorro, el aumento de sueldos en el sector privado y pérdida de su capital para invertir.
“El BCV recurre a las reservas internacionales y a los pagos que nos hace Chevron para ofertar divisas a la banca nacional, las cuales son insuficientes para satisfacer la demanda del mercado interno, por lo cual los empresarios recurren al paralelo creando conflictos monetarios y por ende la devaluación del bolívar debido a que ningún agente económico quiere bolívares, solamente para pagar impuestos, tasas o servicios públicos. El circulante de nuestro signo monetario no tiene respaldo del BCV, y hay un constante aumento de demanda de divisas ante una oferta rígida de este instrumento como medio de pago”.
Estrangulan a los comerciantes
El economista señaló que el Gobierno para solventar la situación coyuntural ideó una carga tributaria impositiva a través del Seniat en unión con alcaldías para conseguir ingresos, creando inconvenientes financieros al comercio interno como es la descapitalización de empresas.
“Debemos tener también en cuenta la interferencia del Gobierno en el mercado cuando apoya a empresas de otros países en libre importación de rubros libre de impuestos en detrimento de las locales, trayendo como consecuencia aumento de precios por la competencia desleal y devaluación de nuestra moneda por la escasez de divisas que son obtenidos en el mercado negro’’.
Por: Laura De Stefano