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El bullying se asocia a problemas de salud mental

Una reciente investigación de la Facultad de Salud Pública Mailman, de la Universidad de Columbia, sugiere que existe una estrecha relación entre el bullying y los problemas de salud mental, tanto que aquellas personas con peor salud mental son más propensas a acosar a otras.

Los investigadores analizaron datos de 13.200 jóvenes, de 12 a 17 años, para estudiar la asociación bidireccional entre la perpetración de la intimidación y los problemas de internalización, es decir, inseguridad, dependencia, timidez, miedos, inestabilidad del estado de ánimo y obsesiones.

Entre los participantes, 79% aseguró que nunca había hecho bullying a otros; 11% sí, pero hace más de un año, y 10% admite haberlo hecho durante el último año.

El Diario La Verdad de Vargas entrevistó al médico psiquiatra Francisco Rivero, quien fue jefe, por 20 años del Servicio de Psiquiatría del Hospital José María Vargas, en La Guaira, para consultarlo en relación a este estudio y a otras interrogantes.

¿Cómo califican los psiquiatras el bullying?

Como una debilidad del acosador frente a algo que para ellos no está bien, sea por color de piel, religión, orientación sexual, entre otros aspectos. Es decir, el acosador no está bien desde punto de vista mental, necesita de la psiquiatría. Sin embargo, acá lo más importante es el acosado, puesto que es quien puede desarrollar niveles de depresión, sean leves, moderados o severos. En ocasiones, no son capaces de comentar su estado y pueden llegar incluso al suicidio.

¿Cuáles son las características de los acosadores?

Debemos destacar que estas personas tienen un nivel de psicopatía que, en ocasiones, ni con terapias logran solucionar. 80% de los acosadores proceden de hogares violentos, mientras que el otro 20% está asociado a factores genéticos, ya que padres psicopáticos pueden engendrar hijos psicopáticos. Cuando no se tiene una buena salud mental somos capaces de hacer o ejecutar actos con daños significativos a otras personas. Sin embargo, esto no puede ser excusa para librar de culpas a quienes hacen bullying. Ellos vienen de hogares donde predomina la violencia intrafamiliar, y esto a su vez genera un trastorno de psicopatía. Esta última se entiende como una incapacidad de sentir empatía por el otro, lo que puede generar crueldad. Esto pudiera ser ejemplo de lo que fue el ataque de los nazis contra los judíos.

¿De qué manera se puede ayudar a quienes han sido o están siendo víctimas de bullying?

Con terapia, la cual pudiera implicar un proceso de años según la magnitud del trauma. Hay daños muy lamentables que traumatizan por 20 o 30 años. Los pacientes tardan mucho en recuperase y pudieran presentar tendencia depresiva, bajo rendimiento personal, problemas relacionales o dificultar para lograr un proyecto de vida profesional, por ejemplo.

¿Qué recomendaciones le puede dr a los padres y docentes frente a una situación de bullying?

La Zona Educativa debe priorizar el tema como una medida de emergencia, ya que los docentes son capaces de observar cuándo algunos estudiantes se sientan de últimos para esconderse del resto, no ven a la cara, cambian su forma de ser y ya no son los mismos. Los docentes no deberían ignorar estos cambios.

Los padres también pueden notar cambios de conducta: cuando su hijo no quiere salir del cuarto, busca pretextos para no ir a la escuela, deja de comer, entre otros signos de alerta que deben tomarse en cuenta.

Debemos insistir en que los agresores sean sancionados, y que necesitan de atención psiquiátrica. Se debe implementar algún sistema de sanción en el que el victimario sienta que la ley lo visibiliza y lo castiga como merece, concluyó el doctor en psiquiatría Francisco Rivero.

Gabriel Hernández
gabrielhernandezq@gmail.com

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