Estados Unidos se abstuvo el miércoles por primera vez en la votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre una resolución que pide el fin del embargo comercial contra Cuba, tras oponerse cada año por más de dos décadas.
Por vigesimoquinta vez, la Asamblea General adoptó la resolución con 191 votos a favor. La otra abstención fue de Israel, que se había manifestado en contra en el 2015. La decisión no es vinculante, pero puede tener peso político.
En julio de 2015, Estados Unidos y Cuba restauraron sus relaciones diplomáticas tras 54 años. El presidente Barack Obama ha dado pasos para flexibilizar las restricciones comerciales y de viaje a la isla, pero el Congreso controlado por los republicanos es el único que puede levantar el embargo.
La Asamblea General aplaudió cuando la embajadora Samantha Power anunció que Estados Unidos se abstendría de votar. “La abstención no significa que estemos de acuerdo con todas las políticas y prácticas del Gobierno cubano. No lo estamos”, dijo.
La abstención de Washington en el plenario de la ONU se produce pocos días después de que Obama lanzó nuevas medidas para aliviar las restricciones financieras como parte de la reapertura antes del final de su mandato. La Habana sostiene que las medidas son positivas, pero tienen un alcance limitado.
“El levantamiento del bloqueo es el factor clave para avanzar en las relaciones con Estados Unidos”, dijo el canciller cubano, Bruno Rodríguez. “La abstención de Estados Unidos constituye un paso positivo en el proceso de normalización entre nuestras naciones”. La decisión de Washington “es una señal promisoria. Tenemos la esperanza de que reflejen en la realidad”, agregó.
Cuba estima que desde que entró en vigor hace más de 50 años, el embargo ha provocado daños por 125.000 millones de dólares al país y sostiene que es el principal “obstáculo para el desarrollo económico y social” de la isla.