El joven estadounidense Josh Holt cumplió hoy un año encarcelado en Venezuela por cargos que han sido disputados por el Gobierno estadounidense, varios legisladores y sus familiares, quienes pidieron al Ejecutivo venezolano que le libere por razones “humanitarias” dado sus problemas de salud.
Holt, un misionero mormón de Utah de 25 años, viajó a Venezuela el año pasado para casarse con una venezolana y tramitar su visado a EEUU, y fue detenido poco después junto a su esposa y acusado de tener en su vivienda rifles y munición, una granada y mapas detallados de Caracas.
El entonces ministro de Interior y Justicia de Venezuela, Gustavo González López, relacionó el arresto de Holt con una operación contra una guerrilla paralimitar que había asesinado al político chavista Omar Jesús Molina Marín, y dijo que había pruebas de que el estadounidense podría haber estado trabajando con bandas criminales para socavar al Gobierno de Maduro.
Holt sigue a la espera de juicio en una cárcel que “no cree que vaya a poder abandonar nunca. Creo que está deprimido, que básicamente se ha rendido”, aseguró su madre, Laurie Holt, quien afirmó que su hijo ha perdido 27 kilogramos en prisión y ha tenido neumonía, bronquitis y una infección de sangre.
La portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Heather Nauert, pidió este jueves al Gobierno de Nicolás Maduro que “libere inmediatamente” a Holt por “razones humanitarias”.
“El acceso consular y médico al señor Holt sigue siendo lento y concedido forma reticente”, subrayó Nauert en una conferencia de prensa, en la que denunció que los “problemas médicos” del preso han “empeorado debido a los retrasos o negación de la ayuda adecuada” por parte de las autoridades venezolanas.