Nueva York y gran parte de la costa este corren el riesgo de sufrir escasez de gasolina este verano, ya que la prohibición de la Unión Europea al combustible ruso amenaza con ahogar los suministros de reserva de los que depende Estados Unidos durante la temporada alta de uso del automóvil.
Las reservas estacionales de gasolina ya se encuentran en su nivel más bajo en casi una década, y el intenso mantenimiento invernal de las refinerías podría reducir aún más los inventarios, informan desde Bloomberg.
La prohibición impuesta por la UE a las importaciones de productos petrolíferos rusos a partir del 5 de febrero pondrá a prueba los suministros de materias primas de la región, limitando la cantidad de gasolina que el bloque puede procesar para sí mismo o para la costa este de EEUU, que depende cada vez más de las importaciones transatlánticas en verano.
Para evitar que Nueva York y el resto de la costa este estadounidense se queden sin combustible, los proveedores deberán ser creativos, señala Bloomberg. Aunque EEUU es un exportador neto de carburante, la mayor parte del excedente se encuentra en la costa del golfo de México (sureste del país), con el transporte hacia el norte de la costa este limitado por la insuficiente capacidad de los oleoductos y el costo del transporte marítimo.