“Hay un deseo de la región para ayudar a Venezuela a encontrar una salida a la crisis”, dijo Thomas Shannon, tercero en la línea de mando del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Aseguró que la política estadounidense hacia Venezuela, que incluye sanciones financieras y contra decenas de funcionarios acusados de violar derechos humanos, persigue “mostrar nuestro desacuerdo y presionar, pero sin perjudicar al pueblo venezolano”.
Responsabilizó directamente al gobierno de Maduro de la crisis al no estar “dispuesto a tomar pasos necesarios para construir un escenario electoral donde la oposición pueda participar con confianza”.
Afirmó sentir frustración de no haber logrado alcanzar una solución y también una profunda tristeza por la situación actual de Venezuela, donde él se desempeñó como asesor político en la embajada estadounidense entre 1996 y 1999, año en que llegó a la presidencia Hugo Chávez.
Evitó afirmar si las próximas sanciones adoptadas por Washington consistirán en un embargo a sus exportaciones petroleras.