Estados Unidos mantuvo a Nicaragua, Venezuela, China y Cuba en su “lista negra” de países que no hacen lo suficiente para combatir el tráfico de personas, y advirtió de problemas en países como Israel o Arabia Saudí, según el nuevo informe del Departamento de Estado.
“Este crimen es una afrenta a los derechos humanos y a la dignidad humana», recalcó Antony Blinken, secretario de Estado, al presentar el reporte anual.
Aseveró que el tráfico de personas tiene “un peso desproporcionado” sobre quienes “son objeto de opresión por otras injusticias” en países en desarrollo y advirtió de que la pandemia ha agudizado los problemas entre los más vulnerables.
Destacó las “atroces” acciones de China contra los uigures y otras minorías musulmanas en la provincia de Xinjiang, donde casi un millón de personas son objeto de trabajos forzosos.
La lista, de un total de 17 países, la completan Afganistán, Argelia, Myanmar, Comoras, Eritrea, Guinea-Bisseau, Irán, Corea del Norte, Malasia, Rusia, Sudán del Sur, Siria y Turkmenistán.
La inclusión en la “lista negra” puede llevar a la imposición de sanciones como la congelación de la ayuda no humanitaria y no comercial para los países sancionados o la exclusión de préstamos de instituciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el caso de Venezuela, alertó que las “autoridades ofrecen apoyo y un ambiente permisivo para que grupos armados no estatales», entre las que se encuentran organizaciones ilegales colombianas, “recluten y empleen niños soldado para el conflicto armado y el tráfico sexual mientras operan en territorio venezolano con impunidad».
Sobre Cuba, el informe destacó el “patrón gubernamental de aprovecharse de los programas de exportación de trabajadores con sólidas señales de trabajos forzados, particularmente en su programa de misiones médicas al extranjero”.