«Las sanciones no son permanentes, su objetivo es generar cambios positivos en la conducta y en las acciones de un gobierno y de las personas. Y siempre es posible retirar las sanciones con respecto a personas físicas y entidades o gobierno que tomen medidas significativas para restablecer el orden democrático, que se nieguen a participar en abusos de derechos humanos y que se expresen en contra de abusos cometidos por las autoridades», expresó el secretario de Estado, Antony Blinken.
Recordó que las sanciones contra funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro se establecieron con un propósito de «promover la rendición de cuentas de quienes cometen violaciones de derechos humanos o actos de corrupción», entre otros.
En ese sentido, el jefe de la diplomacia estadounidense precisó que las sanciones incluyen «excepciones muy claras. Esto para garantizar que la asistencia humanitaria y otros tipos de asistencia puedan continuar».
Estados Unidos en reiteradas oportunidades ha manifestado que apoya una salida negociada a la crisis política en Venezuela, pero enfatizó que mantendrá la presión sobre Maduro hasta que haya elecciones libres y justas.
Maduro expresó este martes que una de las condiciones para entablar un diálogo con la oposición es el levantamiento de las sanciones. En agosto de 2019 renunció a los diálogos auspiciados por Noruega en rechazo a las sanciones norteamericanas. El lunes, una delegación noruega llegó al país para reactivar su intermediación.