El presidente Joe Biden, prohibirá hoy martes las importaciones de petróleo, gas natural y carbón ruso a Estados Unidos por la invasión a Ucrania, según la Casa Blanca.
La medida recortará notablemente los ingresos a la economía de Rusia, pero también aumentará el precio del combustible en Norteamérica. La gran mayoría de republicanos apoyan esta decisión.
Los altos funcionarios de EE.UU. han estado buscando alternativas para aumentar la producción mundial de crudo. Una de ellas ha sido reunirse con el gobierno de Nicolás Maduro en Caracas, a cambio de un levantamiento de sanciones.
Rechazo al petróleo ruso traerá consecuencias catastróficas
El viceprimer ministro de Rusia, Alexander Novak, dijo que si los gobiernos cumplen sus amenazas de cortar el suministro de energía procedente de Rusia, los países occidentales podrían enfrentarse a precios del petróleo superiores a los US$300 por barril y al posible cierre del principal gasoducto entre Rusia y Alemania.
«Está absolutamente claro que un rechazo al petróleo ruso llevaría a consecuencias catastróficas para el mercado global», dijo Novak. «El aumento de los precios sería imprevisible. Sería de US$300 por barril, si no más».
Según reseñó ABC, Rusia vendió a EE.UU. el año pasado un 3% del petróleo que este país importa, unos 200.000 barriles diarios. Antes de la invasión, la venta de petróleo y gas constituían más de un tercio de los ingresos del gobierno ruso.
Los precios mundiales de la gasolina se han disparado después de la invasión alcanzando sus niveles más altos desde 2008, superando los US$4 el galón (3,79 litros).