Al grito de “¡Ecuador nunca será Venezuela!”, el alcalde opositor de Guayaquil, Jaime Nebot, convocó el jueves a miles de seguidores para protestar contra el presidente Rafael Correa, quien desde hace tres semanas enfrenta manifestaciones que exigen su salida del poder.
“¿Ustedes quieren que Ecuador sea Venezuela?”, expresó el político ante miles de simpatizantes que ocuparon la avenida 9 de Octubre de Guayaquil, quienes en coro respondieron “nooo” ante el temor de que el país sea llevado a una crisis económica.
Nebot cuestionó una reciente declaración del jefe de Estado, quien sostuvo: “yo respeto mucho a Venezuela, que ha reducido grandemente la pobreza”.
El dirigente guayaquileño criticó la situación en Venezuela, que atraviesa escasez de productos y una elevada inflación en medio de la caída de los precios del petróleo.
Desde el 8 de junio, Correa afronta permanentes movilizaciones que tuvieron como detonante proyectos de ley para elevar impuestos a las herencias y a la plusvalía.
Sectores empresariales, ricos y de clase media encabezan las protestas, que también son alentadas por líderes de oposición, que cuestionan las propuestas tributarias como un castigo al patrimonio familiar y al éxito económico en una sociedad tradicionalmente conservadora.
Acosado por las protestas, el mandatario decidió suspender “temporalmente” el trámite legislativo de las iniciativas, y denunció que detrás de las protestas hay una “conspiración en marcha”.
De forma simultánea con Guayaquil, miles de personas se movilizaron este jueves contra Correa frente a la sede del movimiento oficialista Alianza País, en el norte de Quito.
Ante una “multitud ordenada, pacífica, pero rebelde y contundente”, Nebot dijo que según el gobierno el “derecho a prosperar merece castigo”. “Ese país no lo vamos a aceptar nunca, jamás, porque ese no es Ecuador, ese es Venezuela”, añadió.
En su emotivo discurso de casi una hora ante miles de simpatizantes, Nebot manifestó: “si quieren darle una patada democrática (a Correa), dénsela en esos grandes glúteos, pero en las urnas, democráticamente”.
En medio de las protestas, Correa, en el poder desde 2007, retó hace una semana a la oposición a un referendo revocatorio de su cargo, previsto en la Constitución.
La norma establece como requisito el 15% del registro electoral (unas 1,8 millones de rúbricas) para dar paso a la consulta.
“No jueguen con la inmensa mayoría del pueblo ecuatoriano”, dijo a su vez Correa en un acto paralelo a la manifestación en Guayaquil.
Los manifestantes, de su lado, reclaman el retiro definitivo de los proyectos sobre impuestos, así como se oponen a la iniciativa del oficialismo de implantar la reelección indefinida, lo que habilitaría a Correa a candidatizarse en los comicios de 2017 para otro período de cuatro años.
“El pueblo se ha pronunciado contundentemente, claramente, multitudinariamente. Si el gobierno no quiere oir el planteamiento del pueblo, cosa que es muy posible, que se haga cargo de las consecuencias de lo que va a pasar en el Ecuador”, advirtió Nebot, llamando a los ecuatorianos a luchar con “cojones” para “tener al Ecuador que queremos”.
Correa ha explicado que menos del 2% de la población pagará alguna vez el impuesto a la herencia, según su proyecto suspendido. “Pero ese menos del 2% es el que siempre nos ha dominado”, enfatizó.
Salvo por algunos altercados entre manifestantes, no se han reportado incidentes de gravedad en las protestas.
El sábado, el mandatario socialista llamó a sus seguidores a “estar listos” para defender al gobierno en las calles frente a la “conspiración” de la oposición.