El serbio Novak Djokovic se llevó su trigésimo título del Masters 1.000 al ganarle la final de la Rogers Cup en Toronto al japonés Kei Nishikori por 6-3 y 7-5.
Salvo en Dubái, Montecarlo, Roma y Wimbledon, torneo de la segunda categoría al que ha acudido el número uno del mundo torneo que se ha apuntado.
Y así ha sido de nuevo en su regreso a las canchas tras darse un respiro cuatro semanas para poner todo de nuevo en orden y digerir su inesperada derrota en tercera ronda en el grand slam londinense ante Sam Querrey.
Se nota que Djokovic ha vuelto a tomar el tono con vistas a dos citas para él indispensables, los Juegos Olímpicos y el último grand slam del año, el US Open, al vencer a un Nishikori que ha disputado su mejor partido de la semana en Canadá.
Tras un inicio igualado en el que cada tenista mantenía su servicio sin excesivas dificultades, el serbio aprovechó varias imprecisiones seguidas del japonés para romperle el saque en el sexto juego del partido. En pocos minutos, se pasó del 3-2 al 6-3 ante el desconcierto de Nishikori.
En el segundo set tardó aún menos Djokovic en tomar la delantera tras romper el servicio del número seis del mundo en el tercer juego, aunque entonces Nishikori logró devolverle la moneda poco después, volviendo a tomar la delantera (4-3).
Djokovic empezó a jugar más incómodo con el marcador igualado y los puntos se fueron decidiendo en pequeños detalles. El serbio volvió a romper el saque del japonés en el momento clave del partido -el undécimo juego- y se llevó el set definitivo por 7-5.