El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) aseguró que la guerra de Siria, que cumple diez años este domingo, ha dejado al menos 388.652 muertos. La ONG detalló que la mayoría de las bajas son responsabilidad de las fuerzas leales al gobierno de Bashar al Assad.
De las víctimas, 117.388 eran civiles, de los cuales 22.254 eran menores de edad, aseguró Rami Abdel Rahman, director del OSDH. Tras los decesos causados por las tropas sirias, la ONG le atribuye muertes -en orden decreciente- a las facciones opositoras, a la aviación rusa y finalmente a la Fuerza Aérea turca. El anterior reporte, de diciembre de 2020, informaba de 387.000 decesos.
Se trata del menor aumento de muertes desde el comienzo de los combates, en gran medida debido al cese al fuego acordado en el noroeste de Siria y a la pandemia del coronavirus, contra la que se concentraron los esfuerzos de las autoridades, reportó DW.
Las tropas sirias sufrieron 68.308 bajas, sus aliados 52.568, las fuerzas rebeldes 54.779, el Estado Islámico 40.515 y el Organismo de Liberación del Levante, 27.744. Las fuerzas kurdas, por su parte, habrían perdido a 12.878 combatientes.
88.000 muertos en las cárceles
La guerra comenzó el 15 de marzo de 2011, cuando la represión contra las manifestaciones prodemocracia derivó en la formación de milicias que se enfrentaron al Ejército. Actualmente el conflicto implica a varios grupos beligerantes y potencias extranjeras, y estuvo muy marcado por el surgimiento del grupo radical Estado Islámico.
El OSDH documentó también al menos 16.000 muertes en cárceles gubernamentales y centros de detención. No obstante, según la ONG, dicho balance no incluye a unas 88.000 personas que habrían muerto como consecuencia de las torturas en las prisiones del régimen. La entidad asegura que, además, hay unas 200.000 personas desaparecidas.
El gobierno sirio controla actualmente más del 60% del territorio del país tras una serie de victorias de sus fuerzas, apoyadas por Rusia, obtenidas desde 2015 contra los yihadistas y los rebeldes.