Hoy celebramos el Día de las Madres. Es un día para agradecer en familia la vida, la entrega y la unión que generan nuestras madres. Más alllá de cualquier regalo, ellas merecen ser honradas, respetadas y amadas. Es lógico pensar en dedicarles un día especial para elogiarlas, pero ¿cuál es la origen de la celebración?
Los primeros indicios de celebración de la figura materna los podemos encontrar en Egipto, donde se rendía culto a Isis, la gran diosa madre. Se le ofrendaba con objetos valiosos y se le adoraba por ser la creadora de vida. En la Antigua Grecia también homenajeaban a Rhea, la madre de los dioses más poderosos Zeus, Poseidón y Hades. El cristianismo quiso adoptar la festividad griega, pero ofrendando a la madre de Jesús, la Virgen María.
En el siglo XVII el cuarto domingo de pascua se comenzó a honrar la figura de la madre Iglesia, acto que se hacía con flores y regalos. Esta tradición que poco a poco se traspoló a celebrar día de la madre actual.
En 1870, la estadounidense Julia Ward Howe, militante católica, abolicionista y firme defensora de los derechos de las mujeres, organizó una manifestación pacifica en la que invitó a madres de familia, víctimas de la guerra de secesión americana. El éxito de esta rebelión llevó a una ama de casa llamada Anna Reeves a intentar convertir esta fecha en algo oficial.
Finalmente, tras una gran campaña de la activista, en 1910 se empezó a celebrar el segundo domingo de mayo, el Día de la Madre en casi todo Estados Unidos. En 1914 se convirtió en una fecha oficial. En nuestro país adotamos esa fecha, sin embargo, esta fecha varía en otros países.
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