*Piden apoyo a las autoridades porque a veces no se les permite vender
María E. Moreno- Ante la baja oferta laboral buenas son las colas. Bebidas refrescantes, almuerzos, desayunos y hasta alquiler de sillas son algunos de los medios utilizados por algunas personas para conseguir el sustento. Muchos alegan que de esta manera sacan algo positivo del desabastecimiento. Vender a quienes esperan de pie, hasta cinco horas, para comprar los productos se ha convertido en uno de los trabajos más comunes.
Luego de más de cuatro años sin empleo, Jesús Solano decidió venir a Vargas desde Puerto Ordaz y hacer de la subida a Makro y la entrada del Pdmercal de Guaracarumbo su punto de trabajo.
“La situación con los empleos es crítica, por eso prefiero tener este rebusque, que si bien no es fijo, me deja lo suficiente para alimentar a mi familia de ocho personas. Doy una vuelta todos los días, si veo afluencia me quedo a vender. Me fui de Puerto Ordaz porque allá la escasez es peor, aquí, por lo menos, puedo conseguir más cosas y veo más colas donde poder vender”, explicó Solano.
Resaltó que este es un servicio que ofrecen a los “coleros”, quienes para no perder su puesto se abstienen de movilizarse a las panaderías y demás locales a comprar comida.
“Esto no te da grandes ingresos y no representa la estabilidad que te da tener tu quince y último, pero peor es nada. Se venden desde bollitos hasta empanadas y almuerzos. A veces por vender ni nosotros podemos comprar, pero se hace el sacrificio. Hay que priorizar”, comentó José Terán, ex pintor por contrato.
Piden apoyo de las autoridades
La mayoría de los vendedores aseguran que hay muchos lugares donde no se les permite ofertar sus alimentos. “Es un servicio que uno presta. Es injusto que a veces vengan, de mala manera, a quitarnos. Perdemos la mercancía y pierde la gente la oportunidad de comprar, sin tener que perder su puesto en la cola. Hay sitios como el Pdval de la avenida El Ejército donde es imposible, te sacan a gritos si ven que te instalas con tus cavas”, explicó una vendedora que prefirió mantener el anonimato. /MEM/ep/Foto: Nelvis Galindo