Denuncian que tiendas CLAP nunca vende productos regulados
*Usuarios amanecen fuera de los locales solo cuando llega arroz y pasta “caros”
*Bachaqueros le marcan la cola hasta a 30 personas en la Hugo Chávez
María Elena Moreno
“¿Dónde están los productos regulados y las marcas nacionales?”, es lo que se preguntan una y otra vez los usuarios de las tiendas CLAP ubicadas en Catia la Mar. Aseguran que solo se consiguen artículos importados muy caros para su presupuesto. Explican que una vez a la cuaresma llegan arroz y pasta que se compran a fuerza de más de ocho horas en cola.
Así lo afirmó Yamileth Tovar, quien esperaba en la tienda del urbanismo Hugo Chávez para llevar el combo de un kilo de arroz y dos medios kilos de pasta a Bs. 28 mil. “Aquí no llega harina de maíz, mantequilla ni ninguno de esos productos que a veces despachan en los supermercados. Cuando abrieron esto pensamos que pondrían las marcas del Gobierno y todo sería barato, como fue en un principio el Mercal, pero nada que ver. Esto parece para ricos”.
Una bolsa de alimento infantil hasta en Bs. 50 mil y un paquete de toallas sanitarias sobre los Bs. 45 mil son algunos de los productos que fácilmente se consiguen en los anaqueles.
Anthony Valles agregó que “todo es muy caro. Sería bueno que trajeran productos básicos todo el tiempo. El pollo dejó de llegar también”.
Reina la anarquía
Cuando finalmente se dejan ver algunos rubros básicos y caros, los usuarios deben enfrentarse a otra situación: las largas colas y los coleados. Aunque llegan a las 4:00 de la mañana algunos denuncian que compran de último debido a un grupo de bachaqueros que se instalan al amanecer y le “marcan la cola” hasta a 30 personas.
Así le pasó a Yinyirel Guerrero, quien con su hija en brazos denunció que “aunque amanecí y estaba entre las primeras 10, quedé sobre los 150 del segundo lote por culpa de los abusadores. Lo peor es que no se les puede decir nada porque se van a los golpes y aunque nos quejamos con los cuerpos de seguridad, estos no hacen nada. Aquí nadie organiza y todo es una anarquía”. /jd