«¿Hasta cuándo la mala praxis?», exclamó Arelys Peña, madre de una parturienta primeriza de 30 años. Peña y su hija llegaron al hospital Materno Infantil Ana de Teresa de Jesús Ponce, en Macuto.
La paciente se controló todo el embarazo en ese hospital y asegura que nunca le dijeron si sería parto natural o cesárea. «Nunca le mandaron a hacer la pelvimetría».
La futura madre se esforzó para dar a luz y llorando expresó «No puedo más, háganme cesárea». Ya le habían colocado el pitosin para acelerar las contracciones por lo que la enfermera insistió que aguantara y colaborara.
Habían transcurrido 6 horas del trabajo de parto y Peña no sabía nada ni de su hija y menos de su nieta.
«A cada rato preguntaba cómo estaban y decían que en recuperación. A las 9:00 p.m. me dijeron que mi hija fue operada de emergencia. A ella la obligaron a parir. Después del parto, la ingresaron a quirófano porque le desprendieron el útero cuando le jalaron la placenta. Tuvieron que colocarle transfusión de sangre y plasma», contó.
La bebé nació a las 4:00 p.m. en buenas condiciones, mientras su madre vivió un momento traumático debido a la mala praxis médica.
Peña mencionó que dar a luz casi le cuesta la vida a su hija. Denunció que los médicos y enfermeras la maltrataron física y verbalmente por ser primeriza y que lo mismo sucede con toda la que llega al hospital.
«Ya les dieron de alta. Mi hija está en recuperación y cumpliendo el tratamiento indicado»./jd