Con miedo y encerrados en su casa viven los residentes de Los Olivos, donde desde hace un tiempo se ha desatado una ola de delincuencia.
Los choros son muchachos que esta comunidad vio crecer y que ahora, con edades hasta los 16 años, se han dedicado a delinquir, afirma una vecina quien prefirió el anonimato para resguardar su seguridad y la de su familia.
“Esta situación se vuelve cada vez más insostenible, no nos dejan ver luz; bombillos que ponemos, bombillos que nos quitan. Se llevan las bombonas y todo lo que dejemos mal puesto”.
Asegura que la situación ha empeorado debido a la poca presencia policial en el lugar. “Hace unos minutos unas vecinas venían persiguiendo a un muchachito porque les robo la bombona de gas”.
Destaca que agarraron al delincuente y “le dieron una pela, pero vino la Guardia y se los quitó, porque ahí sí tienen familia y derechos humanos. Nosotros con mucho esfuerzo conseguimos nuestras cosas para que un malandro venga a robarnos”.
Declara que tanto ella como el resto de la comunidad necesitan de presencia policial para evitar que estos actos se sigan presentando. “Hoy les decimos los camorritas porque son niños y adolescentes, pero van a crecer y se volverán más violentos. Tienen que detenerlos. /DC/jd