Ante la persistente falta de lluvias y luego de más de siete meses de sequía en Uruguay, el gobierno decretó emergencia hídrica en el área metropolitana de Montevideo, donde vive más de la mitad de la población uruguaya, que incluye, además, la eliminación de impuestos a la importación de agua embotellada.
El presidente Luis Lacalle Pou reiteró que la declaración del estado de emergencia simplificará las intervenciones de apoyo a la población, y la creación de infraestructura destinada a aumentar el volumen de agua que llega a la capital.
Entre estos últimos citó la construcción, desde hace cerca de un mes, de un embalse en el río San José, con también el fortalecimiento del sistema de conducción de agua. Además, aseguró el jefe de Estado, se mantiene el abastecimiento de agua gratuito para poblaciones vulnerables, y el dirigido a hospitales, residencias de ancianos, guarderías y centros familiares, las oficinas del Instituto de la Infancia y la Adolescencia (Inau).
La medida de entrega gratuita de dos litros de agua diarios también se extenderá a alrededor de 21.000 beneficiarios de los servicios del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).