*Destaca la importancia de insistir en la apertura del canal humanitario de forma inmediata
Beatriz Rodríguez
“Los venezolanos estamos en un estado de indefensión, no sabemos quién es más malo, si el Gobierno que nos ha llevado a la crisis o los especuladores que hacen de esta un gran negocio; por lo tanto, hay que buscar fórmulas de entendimiento para salir de este atolladero económico que está acabando con la vida de los venezolanos”, expresa David Longa, dirigente de Primero Justicia.
Advierte que hay que pensar en la dolarización y la decisión debe nacer de un consenso que esté lejos de los tabúes, “una vez que esto ocurra, no habría devaluación, según los especialistas, esta se ubicaría en 3% y 4% en uno o dos años luego de aplicar la medida”.
Indica que el poder adquisitivo ha caído porque la gente recibe bolívares; si comienza a ganar en dólares, se reduciría la pobreza, como ocurre hoy en otros países dolarizados.
“La situación que vive el país es crítica y es necesario dejar a un lado los intereses políticos partidistas para anteponer las necesidades de un pueblo, que se está muriendo debido a tantas carencias”.
El sueldo integral de un venezolano solo alcanza para adquirir dos cartones de huevos al mes, “algunas familias medio comen, mientras otras no tienen ni un bocado, esa es la triste realidad en una Venezuela que se ha venido a menos por una política económica atroz que está acabando con el país”.
Crisis de Venezuela se agudiza
Explica que en estos momentos la prioridades son la salud y la alimentación, por lo que es necesario seguir luchando hasta lograr la apertura de un canal humanitario de manera inmediata, ya que “la gente se está muriendo de mengua”.
Apunta que se ha perdido la calidad de vida, lo que se traduce entre otras cosas en que ya ni siquiera se consumen los nutrientes necesarios, “las proteínas están inalcanzables por los altos precios y esto conlleva a la desnutrición, que en muchos casos se torna severa”.
El Gobierno debe aceptar la ayuda humanitaria, porque esto no se soporta y una familia no puede depender de una caja que en muchos casos llega cada dos meses, subraya Longa.
Resalta que los factores políticos han abogado por un cambio, pero el resquebrajamiento de las instituciones no ha permitido resolver el conflicto económico.
El país se ha convertido en una gran olla de presión, sin válvula de escape, y asegura que en cualquier momento puede haber un estallido social, porque las sociedades terminan convulsionando, “está claro que todas las carencias continuarán en escalada y el FMI prevé una inflación de 2.349%”./va