Valerie Calderón
El médico obstetra Jesús Gessen explicó las posibles consecuencias del asesoramiento incorrecto en cuanto a métodos anticonceptivos, incluyendo el embarazo adolescente.
En la adolescencia el cuerpo está en pleno desarrollo, por lo que las gestantes precoces (de 12 a 15 años), por no estar totalmente desarrolladas anatómica, biológica y hormonalmente, presentan mayores complicaciones en el embarazo que las gestantes de 15 a 19 años.
“Las adolescentes no están preparadas para tener un bebé, no han quemado sus etapas y su vida se trastorna porque deben dedicarse a cuidar a su hijo”, lo cual es para toda su vida.
Al no tener ningún oficio para salir al mercado laboral no tienen forma para generar sus propios ingresos, y entonces las frustraciones se acumulan, creando graves desequilibrios.
El embarazo adolescente ha estado aumentando desde hace unos años por muchos factores: El principal es que se ha deteriorado la educación en el hogar y en la escuela. Hay mucha deserción escolar y la orientación en materia de planificación familiar de la parte gubernamental es escasa”.
Comenta que al no contar con apoyo para la correcta planificación familiar, las mujeres compran anticonceptivos que le recomiendan sus amigas o en la propia farmacia, que cuestan entre 10 a 25 dólares, el sueldo mensual de un profesional. “Son casi imposibles de adquirir con el sueldo básico que percibimos”.
Los métodos anticonceptivos hormonales de nueva generación contienen menos cantidad de hormonas para menores efectos secundarios, pero tienen un precio alto, no están al alcance de la gran mayoría.
No individualizan los métodos
En los centros médicos públicos se ha masificado la implantación de anticonceptivos de la primera generación, que eran utilizados muchos años atrás, pero incluían una carga hormonal muy alta, con muchos efectos secundarios, por ello, los doctores dejaron de recomendarlos y su precio disminuyó.
Por sus efectos secundarios los han descontinuado en otros países. Ahora el gobierno los distribuye aquí porque son más baratos.
Para el especialista está claro que no se debe colocar el mismo método a todas las mujeres. “El tratamiento se debe individualizar, hay que evaluar cómo está hormonalmente la paciente para saber cuál podemos recomendarle y así mantener un equilibrio funcional y hormonal”, no solo para evitar un embarazo no deseado sino también, para que no se presenten los indeseados efectos secundarios como trastornos menstruales, acné, piel grasosa, caída de cabello, entre otros”.
“Aquí entra un concepto médico que se llama hormonalmente balanceada, el término define a aquellas pacientes que tienen sus hormonas normales”, pero alrededor del 40% de las mujeres no las tienen balanceadas, sea por un predominio de algunas hormonas sobre otras o alguna otra razón. “Usamos los anticonceptivos para equilibrarlas”.
En la práctica se observa que de forma masiva e irresponsable se le coloca el mismo método a todas las mujeres. “Les dan el que consigan sin individualizar, por eso hay pacientes que se les va la regla, sufren trastornos en la piel, acné en el cuerpo, incluso quedan embarazadas porque no se regulan los ciclos y en cualquier momento se produce una ovulación”.
En un mes pueden colocar inyecciones, al otro consiguen implantes subdérmicos y así sucesivamente, “no mantienen una misma hormona y esto lo que produce son trastornos menstruales impresionantes con muchísimos efectos secundarios”, puntualiza.
Antes de colocarse un anticonceptivo mensual, se deben realizar una serie de exámenes. “No todas las mujeres son candidatas a tratamientos hormonales, antes deben hacerse un chequeo ginecológico, exámenes de laboratorio, ecos mamarios, entre otros”.
El doctor Gessen sugirió que el Gobierno nacional y el regional, deben tomar conciencia sobre este tema y abocarse a que la planificación familiar llegue correctamente a todos los hogares, no solo materialmente sino también educativamente, sin ningún tipo de tabú.