Roraima M. Herrera.- Eran las 12 del mediodía, cuando Azucena del Carmen Carrillo Marval llegó al terminal internacional Simón Bolívar para iniciar sus trámites de chequeo y abordar el vuelo No. 0535 de la Aerolínea Lufthansa, que despegaría a las tres de la tarde de este sábado con destino a Frankfurt, Alemania.
Se trata de una cumanés, de estatura media, con una larga cabellera azabache y vestida con camisa y pantalón de jean, quien probablemente pensó que al demostrar una buena presencia los uniformados de la Unidad Especial Antidrogas No. 45 no la abordarían, pero su andar la delataba. Afirman los expertos, que desde un primer momento notaron que le ocurría algo extraño.
La joven, de apenas 20 años de edad, al parecer ofrecía servicios como dama de compañía en un local de Chacaíto, en Caracas, para así mantener a su pequeño hijo, de un año de nacido, a quien aún le daba de amamantar.
En medio del llanto, recordó el lamentable momento en el que tomó esta mala decisión, considerando que era el negocio que tanto había esperado, con el que podía ganar dinero fácil y dejar atrás la vida que llevaba, sin jamás medir el riesgo de tener que ahora afrontar un juicio que la hará pagar una condena no menor a 13 años de cárcel, con lo que además se perderá de los momentos más felices durante el crecimiento de su hijo.
A diferencia de otros métodos que han intentado los narcotraficantes, con Azucena decidieron probar con un envoltorio de 432 gramos de cocaína, recubierta con un material látex, parecido al de los preservativos masculinos, que le introdujeron en la vagina, y según se conoció de manera extraoficial, con la promesa de pagarle 3 mil dólares, pero para su pesar, en este nuevo intento volvieron a fallar.
El caso fue elevado ante la Fiscalía Sexta, para que inicie el proceso de imputación y se debata en juicio los años que le están por venir tras las rejas a la joven madre soltera. RMH/ar