*Viven a orillas del río Curucutí desde hace 5 años sin servicios básicos
Luis López
Cuando la caja CLAP se retrasa más de un mes en el sector Simetaca, parroquia Carlos Soublette, las familias buscan alimentarse con lo que la densa vegetación del cauce de la quebrada Curucutí les proporciona.
“Hemos tenido que comer hasta culebra y rabipelados cuando se nos ha puesto difícil conseguir los alimentos”, afirmó Katerine Zambrano, madre de un menorcito de 3 años.
Se refirió a la falta de apoyo de las autoridades. “No hemos tenido un operativo de salud y las casas que tenemos son un coladero cuando llueve. Estoy en este lugar porque vivía arrimada con la abuela y el espacio estaba quedando pequeño con tantos miembros de la familia”.
Expresó que las paredes de tabla y los techos con viejas láminas de zinc no son protección para “quienes vivimos en estas condiciones. No solo hay que protegerse de los animales que andan por la quebrada, sino que se roban los alimentos cuando las viviendas quedan solas, por lo que se nos hace más difícil la vida en este lugar”.
Mencionó que depende de los ingresos de su esposo que tuvo que irse a Colombia. “No ha conseguido empleo estable, pero con lo poco que hace me manda hasta dos millones mensuales. Eso no es mucho, así que busco ingresos secando cabello y arreglando uñas”./jd