Beatriz Rodríguez, brlaverdad@gmail.com.- Los días 15, 16 y 17 de diciembre del 99, se quedarán grabados en el alma y la mente de los varguenses como una fecha fatídica, en la que la naturaleza reclamó sus espacios dejando a su paso muerte y desolación.
Las torrenciales lluvias saturaron los suelos y provocaron el desbordamiento de los ríos, que arrasaron con todo lo que encontraron en su camino, causando destrozos y dejando a los vecinos a la intemperie, con el manto de la desolación.
Hasta el sol de hoy se desconoce el número de víctimas del deslave; hubo miles de desaparecidos, miles de damnificados, viviendas que se las tragó la tierra y el colapso de gran parte de la infraestructura vial, que dejó a Vargas incomunicado.
También colapsaron los servicios públicos. Durante varios días el estado quedó sin luz y sin una gota de agua, sólo se obtenía el vital líquido a través de los camiones cisternas que llegaban a todas las comunidades.
Fueron días terribles los que vivieron los varguenses, muchos tuvieron que salir en fragatas y otros por vía aérea, dejando en tierra a parte de su familia. El dolor y la desesperanza se apoderaron de los guaireños, quienes vivieron los días más aciagos de su vida.
Fue un diciembre triste con un pueblo de luto, tras haber perdido a gran parte de sus habitantes, quienes fueron sorprendidos por la fuerza del agua con rocas que bajó del Waraira Repano, dejando como resultado un saldo lamentable.
Hoy, al cumplirse 16 años de aquella fatídica fecha, las heridas provocadas por la catástrofe continúan abiertas y el estrés postraumático se revive en estos tiempos. No obstante, el pueblo de Vargas se ha enrumbado y ha resurgido como el ave fénix, para luchar por un mejor estado, donde lo sucedido quede sólo como una enseñanza para no cometer los errores del pasado, cuando el caos urbanístico estuvo siempre la orden del día.
Para el concejal Carlos Andrade, el estado Vargas se ha recuperado en más de un 90%. “La revolución se ha trabajado a brazo partido para sacar el estado adelante, y yo que viví la tragedia, porque fui damnificado de Montesano, puedo dar fe de ello. Aquí estábamos incomunicados y ahora hay mejoras en la vialidad desde La Costa hasta Caruao”.
Resalta que se han construido más de 3 mil soluciones habitacionales, se ha dignificado al pueblo en todos los órdenes y Vargas se erige como un estado potencia. “Aunque aún faltan algunas cosas por hacer, pero seguimos trabajando porque la revolución es indetenible”.
Se han demostrado los avances con obras tangibles como vías, elevados, el terminal de pasajeros, la plaza Mayor, la plaza de La Guaira, los estadios, canchas, parques, escuelas y centros asistenciales. “Esto da cuenta de los logros revolucionarios y del gran trabajo realizado por el gobernador Jorge Luis García Carneiro”.
Para José Barreto, secretario general de Acción Democrática, en Vargas aún no se ha instalado la señal de alerta temprana, muchos gaviones se han desprendido, hay muchos sedimentos sueltos en la parte alta de la montaña y las presas construidas aguas arriba están descuidadas, lo que implica un riesgo latente.
“En el 99 había un caos urbanístico, y en el 2015 todo continúa igual, porque el Gobierno sin tomar en cuenta el peligro ha construido en terrenos ganados al mar, además ha dejado a un lado la cultura preventiva, dando una señal clara de irresponsabilidad”.
Resalta que cuando se cumplen 16 años de una de las tragedias más grandes del siglo XX, las causas que la originaron continúan latentes y la vulnerabilidad de Vargas es cada vez mayor./ar