Tras reunirse con jóvenes que participaron y fueron apresados en las protestas, el cantautor cubano pidió libertad para los centenares de detenidos el 11 de julio que no estuvieran implicados en hechos violentos.
Rodríguez es uno de los artistas más apegados a los ideales de la revolución de Fidel Castro. Las estrofas de sus canciones son citadas con frecuencia por el presidente Miguel Díaz-Canel en sus discursos.
El intérprete se reunió con el actor y dramaturgo Yunior García, director de Trébol teatro. El 11 de julio, García cayó preso cuando lideraba a un grupo de colegas artistas que protestó frente al estatal Instituto de Radio y Televisión. Fue liberado al día siguiente y solicitó junto a su esposa, la productora cinematográfica Dayana Prieto, una reunión con Rodríguez para que intercediera ante el gobierno comunista por la libertad de quienes permanecen detenidos.
«No sé cuántos presos habrá ahora, dicen ellos que cientos. Pido lo mismo (libertad) para los que no fueron violentos y cumplo con la palabra empeñada», escribió el artista de 74 años en su blog.
«El encuentro con Yunior y Dayana fue bueno, no exagero si digo que fraterno; hubo diálogo, intercambio, nos escuchamos con atención y respeto», expuso el trovador. Lo más doloroso, prosigue Silvio, «fue escuchar que ellos, como generación, no se sentían ya parte del proceso cubano, sino otra cosa. Me explicaron sus argumentos, sus frustraciones».
«Tiene que haber más puentes, tiene que haber más diálogos, tiene que haber menos prejuicios; menos ganas de pegar y más deseos de resolver la montaña de temas económicos y políticos pendientes», añade Rodríguez. «Menos costumbre de escuchar a quienes hablan lo mismo con las mismas palabras, década tras década, como si las generaciones no vinieran también con sus propias palabras e ilusiones».
Por su parte, García describió así el encuentro: «Fueron 70 minutos de franqueza en los estudios Ojalá. Ninguno convidó al otro a renunciar a sus posiciones ni principios. Fuimos capaces de confrontar nuestras diferencias desde el más absoluto respeto y preferimos concentrarnos en nuestras coincidencias».