Domingo Jesús Vivas González, de 51 años, falleció la madrugada de este miércoles tras ingresar a Chile cruzando a pie por la frontera norte de Bolivia, en el trayecto que une la capital regional de Colchane y Pisiga Carpa.
Estaba con su esposa y su hijo de 10 años, informó el municipio de Colchagua, un pequeño y empobrecido poblado, adonde comenzaron a llegar miles de venezolanos desde fines del 2020.
“Tras ingresar irregularmente al país, al ver las luces de un vehículo corrieron pensando que era una patrulla fronteriza, pero Vivas González ya estaba agotado de tanto caminar cientos de kilómetros en alturas de hasta 3.700 metros sobre el nivel del mar, con pocos alimentos y escasa agua: se desplomó a los pocos metros”, informó el municipio, que obtuvo el testimonio que uno de los migrantes.
El médico de Colchane, Luis Fromentin, informó que el hombre fue encontrado muerto al lado de la carretera “sin causa primaria aparente de fallecimiento”.
Al cruzar a pie por el altiplano, a más de 3.700 metros de altura, los migrantes sufren temperaturas bajo cero en las mañanas y en las noches, ráfagas de vientos de más de 30 km/h al atardecer, y un sol abrasador durante el día, cambios sumamente exigentes que ponen a prueba la salud de los venezolanos que hambrientos y con sed, luego de caminar miles de kilómetros, llegan a este lejano pueblo.
En Colchane, una de las 10 localidades más pobres de Chile, ya han muerto cuatro migrantes.
500.000 venezolanos han huido a Chile desde el 2014, escapando de la crisis económica del país y se han convertido en la colonia extranjera más numerosa, la que ahora confronta el rechazo de muchos chilenos que han sido influenciados por campañas xefóbicas, a veces alentadas por el propio gobierno.
Solo el 27% de las solicitudes de visa por responsabilidad democrática para venezolanos, que se puso en vigencia en 2018, han sido aprobadas.