El rechazo hacia los venezolanos que han emigrado masivamente en los últimos años crece en toda América Latina en un contexto económico preocupante aunado a la pandemia por el coronavirus, señala un estudio del barómetro de la xenofobia, herramienta que crearon universitarios en Colombia para medir el desprecio que se manifiesta por nuestros connacionales.
“¿La verdad sobre los venecos? Por mí que los saquen como ratas”. Este y otros insultos violentos son analizados por el medidor. “En principio había una inmigración de clase media alta, que iba en avión con documentos en regla y algún ahorro”, explicó para AFP la socióloga Claudia Vargas, una de las investigadoras en este tema.
“Clases más pobres comenzaron a migrar a finales de 2014 y cerca del 60% de los más de 5,4 millones de migrantes venezolanos no tienen papeles. La mayoría, unos 1,7 millones, vive en Colombia, por delante de Perú, Chile y Ecuador, refirió la especialista citando el trabajo de la ONG Frontera Viva.
Perú es el país donde se reportan mayores agresiones a los connacionales, para ellos, los “venecos” son responsabilizados por la inseguridad, la delincuencia, el desempleo, los déficits públicos, los problemas en los hospitales, y hasta por el aumento en los divorcios. Las vejaciones se han extendido por Colombia, Ecuador, Brasil y Chile.
Juan Emilio L, un indocumentado venezolano de 31 años, terminó instalándose en Chile, tras pasar por Colombia, Ecuador y Perú. “Es un pueblo más cerrado y está difícil sacar papeles, pero la verdad es que te dejan trabajar y no se meten contigo ni te repudian como sí me pasó en otros países, como en Perú, donde no nos quieren ver ni en pintura”, dijo.
Perú, que tenía 60.000 venezolanos antes de la crisis, ahora alberga a unos 1,2 millones. Recientes discursos políticos han acalorado la discusión. El candidato presidencial Pedro Castillo, un nacionalista de izquierda que lidera las encuestas de cara a la segunda vuelta del 6 de junio, promete deportar a todos los inmigrantes ilegales en las 72 horas siguientes a su eventual llegada al poder.
Sin embargo, Colombia, Ecuador, Chile y República Dominicana, han puesto en práctica políticas migratorias que permitan a los migrantes regularizarse y derrumbar los “muros legales” como documentos apostillados o altas tarifas administrativas para dificultarles la regularización, explicó Vargas.