Covid no es un juego
Rómulo Herrera
La voz de una mujer peruana, recluida en un hospital de Lima, se oyó clara a pesar del filtro de la máscara de oxígeno, y la desesperación propia del caso: “Esto no es un juego. Vacúnense”.
Y que lo diga, una cosa es leer en la prensa que van 5 millones 548 mil 886 muertos, cifra de ayer, y otra es escuchar los testimonios de la gente cercana en relación a los fuertes dolores que se sienten durante la enfermedad y, como si algo malo faltara, como la ñapa: las secuelas que deja el virus.
“Es angustiantes. A mí me estresó mucho porque me faltaba el aire y pensaba que me iba a morir”, me confiesa mi amigo Raúl Álvarez, un venezolano de Los Teques, hoy radicado en Buenos Aires, con toda su familia.
¿Duele mucho el covid?
“Claro que duele, muchísimo, pero, te confieso que a mí se me olvidaba todo cuando me faltaba el aire, porque me desesperaba tanto que en el hospital, donde me atendieron muy bien a pesar de ser extranjero, me sedaban, y fue como pude ir saliendo de la enfermedad”.
O el relato de nuestro compañero de labores de tantos años, Galvis Guzmán, quien lo sufrió, pero se recuperó tras 8 días de tratamiento, o creía él que estaba recuperado:
“Salí a conversar con unos amigos y en eso estaba cuando se me fueron los tiempos, sufrí un desvanecimiento. Menos mal que me agarraron a tiempo y no me dí un mal golpe”
“Esto no es un juego”, tendría que repetir el destacado periodista deportivo de La Verdad.
Pero, si él no repite las palabras de la señora peruana, lo repito yo:
Esto no es un juego. Duele, molesta, angustia. Y no estoy hablando de los amigos a quienes les ha dado. No estoy hablando de mi compadre Carlos Oviedo quien lleva 9 días en la Unidad de Cuidados Intensivos, de un hospital de Bogotá. Él no le ha dicho nada a nadie. Con él nadie tiene comunicación ni mi comadre, ni sus hijos, nadie. Está solo incomunicado y con su peo.
“Esto no es un juego”, lo digo yo que llevo tantos días tomando las medicinas que ya se me debería haber curado, pero no. Sigo con malestar general, ojos calientes e hinchados y así.
Y ya Thedros, el secretario general de la Organización Mundial de la Salud, lo dijo hoy (martes): ómicron está causando miles de hospitalizaciones y muertes. Es de cuidado, no hay que confiarse.
Lo que te digo yo a ti, se lo digo también a Novak Djokovic:
“Esto no es un juego. ¡Vacúnate!