* Invierten un promedio de 48 horas semanales en las colas
María Elena Moreno.- Antes de las cinco de la mañana, Gabriela Villalobos asegura que sale de su casa, para encontrarse con un grupo de amigas y juntas “cazar” los productos en la cola. Ella, al igual que la mayoría de los varguenses, debe estar en constante alerta para abastecer sus estantes de alimentos.
Comprar en el mercado se ha vuelto imposible sin hacer cola. Lo peor, según afirman las afectadas, es que que estos “madrugonazos” no son garantía si quiera de llevar todo a casa. “Lo que más zanqueo es el salado, porque en las carnicerías es muy difícil. Un solo pollo son hasta 2.500 bolívares. Soy enfermera y trabajo los fines de semana, aprovecho los demás días en salir a ver qué consigo. Todos los días debo hacerlo”, afirmó Villalobos.
El testimonio lo ofreció en medio de una cola en el Pdval de La Guaira, donde solo compró unos cuantos artículos e indicó que ya había recorrido, para las 10 de la mañana, un promedio de cinco comercios.
Yeny García, quien también esperó con paciencia en la cola, manifestó que realiza recorridos diariamente. “Camino por Maiquetía y los comercios chinos donde regularmente despachan productos básicos. He pasado hasta seis horas en una cola, y a veces salgo de mi casa a las cuatro de la mañana. Es la única forma de conseguir comida”.
“Ruletean” hasta El Hatillo
Algunos consumidores manifiestan que el día que les corresponde comprar, por su terminal de cédula en la red pública, se desplazan a comercios más lejanos ubicados en Caracas, e inclusive, llegan a El Hatillo, probando suerte.
Marlene Olivos indicó que “por mi casa nos reunimos para salir a comprar. Sí resulta tedioso tener que hacer toda esa travesía, pero no nos queda de otra. Pagarle a los bachaqueros es aún peor. Prefiero hacer sacrificios”. MEM/ mp