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Consejo Disciplinario limitado por falta de denuncias

Marighzell Lucena.- La apatía por parte de algunos usuarios de la ruta Caracas-La Guaira, que no denuncian el cobro excesivo del pasaje, limita al Consejo Disciplinario de las líneas de transporte público, el cual no puede actuar de manera efectiva.

Pese a que a través de los medios de comunicación y las redes sociales se ha hecho público el descontento de los pasajeros, la mayoría de las veces estos no recurren a las instancias pertinentes presididas por los fiscales de ruta, directivos de líneas y autoridades del Instituto Municipal de Vialidad y Transporte Colectivo de Vargas (Imvitracv).

Raúl Rojas, directivo de la Malave-Villalba, explica que las denuncias para que puedan ser procesadas, deben realizarse ante la organización, que entre sus estatutos contempla sanciones que van desde el cobro de cinco unidades tributarias en adelante, hasta la suspensión del conductor por 10 días o su expulsión.

Refiere que en la mayoría de los casos son transportistas de otras líneas, quienes cobran de más con el consentimiento, a regañadientes, de los usuarios. “Solo en Capitolio las irregularidades ocurren a la vista de funcionarios del Municipio Libertador, de Imvitracv y la Policía Nacional Bolivariana”.

Afirma que todo fiscal está en la obligación de recibir las denuncias y dejar claro que los malos tratos, el incumplimiento de la ruta, cobro excesivo del pasaje, entre otros, serán sancionados.

Usuarios hablan

Para los usuarios de la Caracas-La Guaira, las medidas sancionatorias deben aplicarse de manera más severa ante la reincidencia de muchos conductores.

Aura Rodríguez asegura que la irregularidad con el cobro del pasaje es constante, violentando los estatutos y “la Gaceta Oficial en la que ellos dicen ampararse, pero que no colocan de manera visible a los usuarios”.

Advierte que trasladarse a la capital y viceversa, se ha convertido en un dolor de cabeza para los pasajeros, que en muchas ocasiones no tienen otra opción que pagar el pasaje con sobreprecio para llegar a sus destinos.

Alberto Ferrer afirma que el servicio es deficiente, en especial en horas pico, cuando los piratas aprovechan para especular. “También nos agreden verbal o físicamente en algunas ocasiones y ponen su música a todo volumen sin importarles nada porque nadie los sanciona”. /ep

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