El Congreso de Estados Unidos validó a las 3:40 de la madrugada de este jueves la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales, el último paso antes de su investidura el 20 de enero.
El Capitolio, considerado el templo de la democracia estadounidense, «fue profanado», luego de que en un mitin en las afueras de la Casa Blanca Trump enfatizó que “nunca” admitiría que perdió las elecciones del 3 de noviembre, e incitó a la toma del Capitolio. Una turba enardecida logró franquear las vallas de seguridad, rompieron las ventanas y entraron al recinto en tropel.
Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, los legisladores fueron evacuados y recibieron instrucciones de ponerse máscaras antigas.
Los protestantes tomaron incluso el salón de sesiones, por lo que se interrumpió durante 6 horas la sesión.
Decididos a no dejarse intimidar, los legisladores reanudaron la sesión a las 8 de la noche. 3 aliados de Trump cambiaron su voto tras los actos violentos y ambas cámaras rechazaron la primera de las objeciones, la del estado de Arizona.
La policía informó que una mujer -una seguidora de Trump de California- recibió disparos de las fuerzas del orden y murió, mientras que otras tres personas también murieron en el área en circunstancias aún desconocidas.
Reanudaron la sesión a las 8 pm
El vicepresidente republicano Mike Pence certificó el voto de 306 grandes electores a favor del candidato demócrata, frente a los 232 logrados por Donald Trump, después de que partidarios del mandatario saliente irrumpieran en el Capitolio y sembraran el caos durante horas con el objetivo de impedir la validación de estos resultados.
“A quienes desataron hoy (miércoles) el caos en nuestro Capitolio: ustedes no han ganado. La violencia nunca gana”, dijo el vicepresidente saliente de Estados Unidos, Mike Pence, cuando se reanudó la sesión conjunta de ambas cámaras, a última hora del miércoles.
“Este anuncio (…) debe considerarse una declaración suficiente de quiénes son las personas elegidas como presidente y vicepresidenta de Estados Unidos”, afirmó Pence, reportado por el Nuevo Herald.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, fue más duro al resumir «una jornada infame», y culpar a Trump del caos provocado en el recinto, sin citar la gravedad de la muerte de una mujer y la presunción de otras 3 muertes no confirmadas.
“Esto será una mancha en nuestro país, que no se borrará fácilmente. La última (muestra) del terrible e indeleble legado del presidente número 45 de Estados Unidos, sin duda el peor que hemos tenido”, afirmó Schumer en el pleno del Senado.
Trump por su parte reconoció que su mandato está terminando y prometió una “transición en orden”.
“Aunque estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de estas elecciones y los hechos me apoyan, habrá una transición en orden el 20 de enero. Esto representa el fin de uno de los mejores primeros mandatos presidenciales y es solo el inicio de nuestra lucha para devolver a Estados Unidos su grandeza”, afirmó.