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Concesionarios del Mercado de Maiquetía exigen meter en cintura a buhoneros del casco

* Aseguran que la economía informal le quita la clientela

Luisana Brito.- Preocupados por las bajas ventas se encuentran los trabajadores de la zona agrícola en el Mercado Municipal de Maiquetía, quienes denuncian que la buhonería se ha desatado por todo el casco y les quitan la clientela. Hacen un llamado al Jefe Civil de la parroquia para que los meta en cintura de una vez por todas.

“Esto se les ha escapado de las manos porque hacen inspecciones y los recogen, pero a la semana siguiente están otra vez vendiendo la misma mercancía. Las ventas son mínimas y la diferencia de precios también lo es, pero no respetan nuestros espacios”, sostiene José Portillo.

Señala que 50 padres de familia se ven afectados por esta situación, ya que la mercancía se les pudre. “Con irnos a la calle no logramos nada, pero sí queremos que nos den una respuesta lo antes posible porque cada vez vemos más gente comerciando en las esquinas y nadie los detiene”.

John Martínez refiere que el 27 de octubre de 2014 fue publicado por decreto presidencial, en Gaceta Oficial No. 40.526, la prohibición de la venta a través del comercio informal de los rubros de la cesta básica, insumos, medicinas y demás bienes importados o producidos en el país, pero no entiende por qué se sigue realizando el negocio.

“Hubo una época donde no se veía a la gente en la calle vendiendo tomate, cebolla, plátano, entre otros, y ahora venden de todo, incluso los productos que no se consiguen en los comercios. Además, aquí se pagan impuestos municipales, algo que ellos no hacen”, afirma Martínez.

Por otra parte, Gilbert Hernández destaca que la feria agrícola que despliega el Instituto Autónomo de Desarrollo Rural y Transporte de Vargas (Iadert) los sábados en la plaza Los Maestros también interfiere con su comercio, por lo que considera que es necesario establecer un cronograma que nos les afecte al menos una vez al mes.

“Todos saben la situación crítica que atraviesa el país y si ahora le sumamos esto, nosotros no logramos vender nada. Si es una feria, deberían trabajar una vez al mes o cada 15 días, porque no nos dan respiro. Además, de primera mano conocemos que los trabajadores de allí tienen otros puestos en diferentes parroquias, mientras que aquí solo tenemos uno”.

Braulio Corro refiere que los comerciantes de la plaza no cuentan con las medidas sanitarias, sobre todo los que venden charcutería y carnes. “Ellos tienen los alimentos metidos en cestas y no reciben la refrigeración necesaria para su conservación. Están expuestos a contaminarse con el humo de los carros y el de la basura”.

Asimismo, resaltan que desde que se registró el incendio en uno de los concesionarios les están metiendo presión para que coloquen extintores y los cables de la electricidad sean empotrados por tuberías. “No tenemos los recursos y necesitamos tiempo”./yg

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