“Todos los vecinos hemos colaborado y se ha comprado la batería para la ambulancia que está varada desde hace un mes, pero aún faltan reponer los cauchos, mejorar el sistema de aire y oxígeno, por lo que aún no está operativa”, informó Johnny Campos, vecino del sector de Anare, parroquia Naiguatá.
“Es un pueblo muy distante y una ambulancia es fundamental. Tuvimos que trasladar un paciente hasta el ambulatorio de Naiguatá para que lo llevaran al Seguro Social. Eso significa que una emergencia a media noche puede tener un desenlace fatal”.
Por otra parte, señaló que las condiciones de la estructura del ambulatorio son precarias. “Hay filtraciones, humedad y hasta hongos en las paredes. Es una edificación que no ha recibido mantenimiento en años”.
Crisis de ambulancias
Ayer la ambulancia del hospitalito de Catia La Mar, tenía los cauchos lisos y presentaba fallas mientras trasladaba un paciente del Periférico al Seguro Social. “Se puede quedar en el camino”, dijo uno de los camilleros.