Mientras Europa trata de contener las infecciones del coronavirus, Alemania ensaya una nueva prueba para ver si puede impedir que se suspendan las visitas a los geriátricos, una medida que causó angustia entre los residentes y los pacientes cuando fue tomada hace algunos meses.
Se trata de las pruebas de antígenos, en las que se busca una proteína específica del virus, que se iniciaron hace algunos meses. Son rápidas y baratas, pero los expertos dijeron en su momento que no son tan precisas como las pruebas PCR para el covid-19, que detectan la partícula más minúscula del virus.
Alemania, que ha controlado el virus mucho mejor que varios de sus vecinos, dijo hace poco que estaba comprando grandes cantidades de pruebas de antígenos todos los meses.
Las residencias de ancianos recibirán 20 pruebas mensuales por residente. Pueden ser usadas en los pacientes, el personal y, lo que es más importante, en los familiares visitantes, que pueden ser portadores del virus sin saberlo.