Una buena relación con la pareja es fundamental para una persona deprimida, porque cuando nuestro ánimo está decaído es cuando más necesitamos cariño, apoyo y comprensión, aunque no siempre nos demos cuenta de ello.
La depresión provoca efectos perjudiciales en distintos ámbitos de la vida de la persona. Sus síntomas (que incluyen la tristeza, la falta de interés por las cosas, el cansancio y la irritabilidad) lógicamente afectan a la relación de pareja.
En muchos casos, esta relación resulta trascendental en el curso de la depresión. Quienes padecen la depresión tienden a encerrarse en sí mismos.
Además, se sienten sin fuerzas para llevar a cabo su trabajo o tareas cotidianas y sin ganas para relacionarse con la gente.
La pareja puede empezar a pensar que está molestando o que no está llevando bien la relación. A menudo, la persona deprimida descarga su frustración sobre su pareja, está de mal humor, descuida su aspecto externo, abusa del alcohol o las drogas o come demasiado.
Todo ello hace difícil llevar el día a día. Y el camino se hace duro para los dos. Por eso, aunque esté a punto de salirse de sus casillas porque la persona que ama ya no es capaz de concentrarse para escuchar lo que está diciendo, o de sonreír, o de disfrutar de los buenos momentos de la vida, intente aceptar que todo eso no es más que una parte de la enfermedad.
Trate de recordar, también, que es poco probable que la depresión de su pareja tenga algo que ver con usted.
Dar un paseo todos los días es una forma de ayudarse a sí mismo y a la relación en pareja, porque no solo levantará su ánimo, sino que como cualquier forma de ejercicio liberará endorfinas en el cerebro, sustancias químicas “de la felicidad”, que producen bienestar.
Un paseo relajado es un buen momento para comunicarse. Ver la televisión junto con su pareja, al menos media hora al día. Cualquier cosa que rompa su melancolía y le levante el ánimo supondrá un alivio para su depresión.
Deje de decirle a su pareja que no entiende lo que le pasa. Procure ponerse en su lugar para comprenderle y transmítale que le quiere ayudar y que usted está ahí.
Hágale saber que le quiere e intente identificar aquellas cosas que le levantan el ánimo para fomentarlas. Tenga paciencia, escúchele y eleve su autoestima.
Hablen del tema e infórmese sobre la depresión. Conociendo lo que se sabe sobre esta enfermedad, podrá entender a su pareja y hacer las cosas con mejor orientación.
Anime a su pareja a conseguir la ayuda de un profesional y a seguir el tratamiento y las indicaciones que le indiquen. Recuerde que es exactamente igual que si su pareja se estuviese recuperando de una enfermedad física grave o de una operación.
Recuerde que esta etapa de su vida pasará, y que su pareja, en el fondo, sigue siendo la misma persona./jd