La primera labor social de Wilson De Olim en este año fue en Barrio Aeropuerto, Catia la Mar, donde un grupo de voluntarios atendieron a más de 100 personas entre niños y adultos.
“Ofrecimos un plato de pasta con carne molida elaborado por los hermanos franciscanos con los ingredientes que aportaron nuestros benefactores que prefieren el anonimato”, destacó.
Lleva 4 años en este trabajo social y es que, como lo dijo De Olim, ayudar a otros “te enseña a valorizar la vida y ser agradecido con lo poco que tienes”.
Comenzó ayudando a un niño con cáncer que, gracias a Dios, salió victorioso de la enfermedad. A él se unieron un grupo de personas, entre ellos adolescentes, interesados en esta labor social.