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Comercios cambian de rubro para no quebrar

María Elena Moreno.-Los comerciantes aseguran estar agotando los últimos recursos poniendo en manifiesto su instinto de supervivencia en el marco de la crisis económica, así lo refiere Eduardo Quintana, presidente de la Cámara de Comercio de Vargas, quien señala que el cambio de rubro o fusión de varios ha sido el común en el escenario comercial.

“Los pocos que quedan ahora venden alimentos porque es algo que siempre tiene salida. El ejemplo va desde tiendas por departamento hasta farmacias que antes vendían solo alimentos y ahora lo que le faltan son hornos para sacar pan” explica al tiempo que indica que es incalculable el número de los que no pudieron resolver y bajaron Santamarías en el camino.

Asimismo precisa que hay comercios que han estado latentes y abriendo por temporadas “con la esperanza de que todo va a mejorar y que no se irá a la quiebra. Creo que el comercio aún no se ha recuperado del fenómeno del Dakazo que abrió la puerta al miedo de los empresarios y micro empresarios”.

Lamenta además que el venezolano viva haciendo esfuerzos “para poder costear alguno de estos productos importados a los que no todos tienen acceso. Aún más triste es que el comerciante no pueda ofrecer nada nacional porque el Gobierno se encargó de confiscar, expropiar y quebrar el campo venezolano”.

La comida se vende más rápido

Casi la totalidad de los ingresos del ciudadano varguense son dedicados a la compra de alimentos por lo que tiendas de ropa, zapaterías y tiendas por departamento venden ahora estos rubros y aseguran que es lo que más sale.

En la tienda Hércules, donde antes solían venderse prendas de vestir, uniformes y calzado, ahora habilitaron un área con mercancía nacional, importada, golosinas, enlatados, entre otros y explican que es lo que más están vendiendo en las últimas semanas.

Otro caso es la tienda por departamentos Traki que ahora activó en su primer piso toda un área alimentos importados, jugos y hasta productos de higiene y limpieza raídos de países como USA y la India.

Según comenta el encargado lo que tiene más salida son las pastas, enlatados, salsas, papel higiénico, detergente, champú y desodorantes. Los precios van desde Bs. 1.800 en el caso de aseo personal y desde Bs. 2.500 en cuanto a comida.

“El trabajo del comerciante es prestar un servicio y mantenerse a flote pero si lo que quiere la gente es comida hay que resolver. Siempre se vende, así sea un poco, porque el pueblo se está muriendo de hambre y lo que le llega cada dos semanas o más a la casa por medio de los CLAP es insuficiente”. /MEM

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