Comerciantes se pusieron de pie y echaron pa’ lante porque confían en Vargas
* Explican que en medio de la tragedia, lucharon para reactivar sus servicios un mes después
María Elena Moreno.- En medio del ajetreo típico de la temporada decembrina, los comerciantes del estado ni se imaginaban que estaban a punto de ser protagonistas de una tragedia que marcó para siempre la historia de los varguenses. Ajenos a lo que pasaría, se disponían a seguir en sus labores, cuando el 15 de diciembre no pudieron salir de casa.
“La lluvia no paraba, se empezaron a desbordar los ríos. Nunca en mi vida había visto tal palo de agua. Muchos compañeros perdieron su mercancía entera. En medio del miedo, solo esperamos hasta poder salir y ver los daños”, recordó Henry Ramírez, comerciante informal.
Explicó que para ese entonces trabajaba en la plaza Los Maestros, donde junto a todos sus compañeros, debió recoger palos, piedras y demás. De igual forma, Yrack Córdova recuerda estos días difíciles y agrega que convencido de que llegaría la luz tras la tormenta, decidió echar pa’ lante.
“Creo que lo importante es que no paramos, somos prestadores de servicio y nuestro estado nos necesitaba. Recuerdo que como a las dos semanas del deslave nos fuimos instalando nuevamente. Con lo que había resolvimos, hasta que debimos abastecernos y subir por Galipán hacia la capital, fue la única forma”.
Solidaridad y empuje fueron la clave
Con solidaridad, comprensión y convicción, José Urbaneja asegura que pudo salir adelante. Recuerda cómo hasta el 18 de diciembre tuvo que esperar para ver qué había quedado su local de frutas en el Mercado Municipal de Maiquetía.
“Estuvo rudo el ambiente, debimos demostrarle a la gente que estábamos con ellos para que no se dieran saqueos. A partir del 23 pude subir a Coche a comprar. Hubo pérdidas millonarias en el mercado, pues la falta de electricidad dañó mercancía refrigerada. Lo que se pudo salvar se regaló a los usuarios”.
Con esta versión coincidió María Herrera, quien tiene toda su vida dedicada a la venta de charcutería. “Perdí mucha mercancía. Pero hubo buena disposición de resolver de todas partes, incluso las cobranzas de la mercancía se podían hacer por partes, considerando la situación. Fue una evolución y superación progresiva”.
Protagonista de varios desastres naturales del estado, Rubén Rojas, quien tiene 48 años dedicado al comercio, manifestó que “el varguense tiene la capacidad de resolver. Me fui a Caracas por dos meses y cuando volví se respiraba un aire distinto, eran las ganas de levantarse del pueblo”.
De forma similar opina Antonio Ochoa, que apuesta siempre “a no decaer y sacar lo mejor de cada situación. No nos paramos, ese empuje nos mantuvo a flote”.
Nuevas amenazas desligadas a la naturaleza
16 años más tarde, los comerciantes aseguran que se han levantado pero se enfrentan a nuevas dificultades. Santiago Peralta, presidente de la Cámara de Comerciantes y Servicios, manifiesta con tristeza que ahora hay menos abastecimiento.
“Vemos la misma zozobra en las personas, pero menos productos. La parte alimentaria está peor golpeada que en esos días. Lo cierto es que pese a las vicisitudes, el comerciante está para atender al público y eso es lo que se esfuerza por hacer. No somos los malos que ahora quieren pintar, sufrimos como los consumidores y salimos adelante con ellos”.
Como un servidor público débil a nivel jurídico cataloga al comerciante, que este año, “pese a la ausencia de desastres naturales estamos a veces limitados. Sin la tragedia estamos peor, hay más preocupación de nuestra parte, pues aunque queramos a veces no podemos ofrecer el servicio”. /MEM/ar