Durante esta semana de flexibilización, vendedores de café, de cigarros, limpiadores de zapatos, entre otros, aprovecharon y se pusieron a trabajar para llevar la comida a sus hogares.
Aseguraron que la policía los corretea y algunas veces hasta les decomisan lo que venden si los consiguen trabajando cuando hay cuarentena estricta. “Debemos producir para dos semanas, ya que la semana que viene no lo podremos hacer. Con lo que ganamos debemos reabastecernos y llevar para la casa”, dijo uno de los vendedores.
Carmelo Domínguez, quien vende cigarros y café, expresó que hay que “producir suficiente para invertir en los materiales que voy a utilizar dentro de dos semanas, ya que sabemos que en cualquier momento se disparan los precios y quedamos en lo mismo”. Muchos trabajadores informales están pasando calamidades para sobrellevar la pandemia, debido a que la necesidad los obliga a salir a trabajar, pero tienen todas las circunstancias en su contra.RM/jd