Luisana Brito, luisanablaverdad@gmail.com.- Repuestos de trasmisión, caja y motor son algunas de las piezas que mantienen en vilo a los choferes de la línea Unión de Conductores El Rincón, Piedra Azul, 13 de Febrero y Santana, ya que de tener una flota de 23 vehículos, ahora solo cuatro están operativos.
También se ven afectados por el mal estado de la vía a causa de los constantes derrames de agua que hacen que la capa asfáltica se deteriore poco a poco. Esto ocasiona daños severos por debajo de los vehículos, sobre todo en las láminas de aluminio, que se oxidan.
El presidente de la asociación, Carlos Delgado, informó que en la última dotación de cauchos de la Proveeduría Socialista, dentro del Plan de Emergencia, fueron beneficiados dos transportistas con la entrega de seis cauchos cada uno y dos yipseros con cuatro.
“Antes, la crisis era por cauchos y baterías, pero ahora es porque los repuestos para el motor no se consiguen y si se consiguen no los podemos comprar porque están muy caros. Ya se introdujo el tercer listado ante la Proveeduría, estamos esperando que nos llamen”, dijo Delgado.
De 11 autobuses solo nueve funcionan y de 12 rústicos, cuatro están operativos. “En horas pico y cuando la parada está colapsada, tengo que habilitar autobuses para que cubran la ruta, porque son muy pocos”.
No hay vehículos para renovar flota
Al igual que otras líneas troncales, la de El Rincón ha introducido proyectos en los diferentes entes gubernamentales para renovar la flota, sin embargo reciben la misma respuesta de siempre, que no hay.
“Estos carros son muy viejos y da miedo que todos se accidenten porque hay una comunidad que depende de nosotros, así como nosotros de ellos, pero si Fontur no tiene vehículos no podemos hacer nada”, señaló Delgado.
Los botes de agua son enemigos del asfalto
Otro de los factores por los que el servicio se ve comprometido es la inseguridad y el estado de la vía.
La parada establecida en la plaza Los Maestros, después de las 6:00 pm, es trasladada frente al Corte Inglés, pero es utilizada como estacionamiento por los comerciantes de la zona.
Esto les obliga a parquearse por el costado del Mercado Municipal, donde se encuentra el cuarto de basura.
“Esa calle siempre huele mal y como las cañerías están tapadas, las aguas se desbordan. Además, cuando pasan por ahí muchos vehículos patinan, por lo baboso que está”, comentó el fiscal Johany Contreras.
Esta situación también se repite durante el recorrido de la comunidad. “Entre los Bloques siete y cuatro hay una cloaca que lleva más de seis meses botándose y todavía no la han ido a reparar”. LB/ep