Luisana Brito, luisanablaverdad@gmail.com.- Entre botes de aguas negras e insalubridad viven los vecinos de la comunidad La Soublette, en Catia la Mar, debido al colapso de la alcantarilla ubicada frente al Hospital Alfredo Machado, mejor conocido como el Hospitalito. Esta situación afecta tanto a los usuarios del centro asistencial, como a los comerciantes de las zonas aledañas, así como también a los trabajadores del transporte público, ya que el bote perenne daña la capa asfáltica y ésta a su vez a las unidades.
Explican que desde hace cuatro días, la alcantarilla se encuentra obstruida, probablemente por la falta de mantenimiento preventivo y la acumulación de sedimentos, según declaraciones de los habitantes del sector. Sin embargo, aseguran que no es la primera vez que esto ocurre, pues en ocasiones Hidrocapital la ha reparado, pero en menos de tres días vuelve a taparse, sobre todo cuando inician con el bombeo de agua potable.
“El sábado en la mañana nos dimos cuenta que de la alcantarilla estaba saliendo agua sucia, con presión y malos olores. No sabemos el por qué, ya que tenemos varias semanas sin agua, y lo primero que hicimos fue llamar a Hidrocapital para reportar la situación, pero como siempre no saben dar respuestas”, señala Iván Blanco, mototaxista de la zona.
Destacó que la mayor preocupación de los vecinos es la ubicación del desagüe, ya que se encuentra a escasos metros del hospital, el cual se encuentra saturado con pacientes afectados por cuadros virales, por lo que temen que se propaguen más enfermedades.
“El estado de los drenajes es pésimo. En varias oportunidades hemos solicitado que los vengan a revisar, pero hacen caso omiso. Es necesario que introduzcan un camión Vactor y bombeen agua para que los desechos fluyan hasta la boca y no se genere este congestionamiento. Hay malos olores por todos lados, y nos estamos enfermando por la cantidad de criaderos de alimañas. No provoca ni salir a trabajar”.
Transeúntes se las ven “negras”
Del mismo modo, Ana Rodríguez manifestó que los peatones no pueden hacer uso del cruce, ya que el bote está ubicado cerca de la parada. “Tenemos que caminar una cuadra más arriba, donde está los mototaxistas para poder cruzar sin ensuciarnos. Cuando los usuarios esperan el autobús, los carros que vienen a altas velocidades los mojan, es una situación desagradable”.
El asfalto también se deteriora
Este bote de aguas servidas, además de afectar el medio ambiente, también le genera daños a la capa asfáltica de la carretera, por lo que los trabajadores del volante hacen un llamado a la gerencia estadal de Hidrocapital para que acuda al lugar. “Mientras más dejen pasar el tiempo, mayor van ha ser los daños. Las vías de La Soublette se encuentran en el mal estado y con este derrame de aguas sucias se deterioran aún más. De nada valdría que vinieran a asfaltar, si vamos a continuar con el mismo problema”, dijo Raúl Becerra, conductor de la línea José María Vargas. LB/ mp