Trasladarse de Carayaca a Catia la Mar se ha convertido en una tortura para los cientos de trabajadores que desde las 3:00 de la mañana hacen cola en El Almendrón esperando un autobús.
La mañana de este miércoles la situación fue completamente caótica pues los carros llegaban a cargar cada hora y media, y la cola de pasajeros superaba la bajada del hospital.
Argenis León salió de su casa en Caoma a un cuarto para las seis de la mañana y pasadas las diez no había podido abordar un bus. “Llamé a mi jefe para informarle y me van a descontar el día. Ya no puedo faltar más por este mes. Voy a tener que retirarme del trabajo».
Angélica Oropeza debía llegar temprano al Seguro Social para validar un reposo médico. “Llevo casi cinco horas de cola y no he logrado salir de aquí. Los piratas están cobrando 150 mil bolívares y no tengo ese efectivo. Tengo que llegar a la hora que sea para saber qué hacer con mi permiso».
Muchos habitantes de la parroquia se han retirado de sus empleos por la escasez de transporte, que cada vez va de mal en peor, ya que ahora no hay ni piratas prestando el servicio.
Susana Iriarte explica que quien no vive en la zona central del pueblo debe prepararse para caminar, pues para Tirima, Tarmas, El Arenal, Cataure, Altos de Caoma y las zonas de la vía hacia El Junquito las unidades de transporte brillan por su ausencia. MLA/jd
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