Funcionarios adscritos al Eje contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas sostuvieron un enfrentamiento este jueves en Brisas del Aeropuerto, Urimare, a las 9:30 pm con Richard Fernández (29), alias “El Guacaquita”.
José Ángel Prada.-
Según la versión policial, efectivos se encontraban en labores de investigación cuando avistaron a Fernández, quien disparó contra el cuerpo policial, lo que originó un enfrentamiento en el cual fue impactado por una bala. Efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana también participaron en la acción policial.
“El Guacaquita” presentaba registros policiales por el delito de homicidio intencional y robo genérico.
“No hubo enfrentamiento porque mi hijo no tenía arma”
La madre de Richard Fernández, Yusmila Cedeño, indicó que en el sitio no hubo tal enfrentamiento, pues su hijo no portaba arma de fuego.
“Él salió como a las 8:00 pm a comprar una pasta para hacer la cena. A los pocos minutos se escuchó un disparo y yo salí angustida temiendo que le hubiera pasado algo a mi hijo. Luego sonaron otros dos tiros y cuando llegué al sitio los del Cicpc se lo estaban llevando en un carro particular de color amarillo, de allí lo montaron en un jeep identificado con el logo cuerpo policial. En ningún momento me lo dejaron ver”, refirió la madre.
Mencionó que para ese momento desconocía si el hombre herido era su hijo o no, pero como él no regresó a casa optó por recorrer los centros de salud de Vargas para saber si lo habían trasladado.
“Pero no fue así. A lo último, como a las 12 de la noche, fue que lo metieron al Hospitalito, donde tampoco me lo dejaban ver si no iba al Cicpc a responder algunas interrogantes”, dijo.
Explicó que acudió a la sede de la policía científica para aclarar las dudas y firmar el acta del procedimiento, donde se explicaba que el hecho había ocurrido por un enfrentamiento.
“Pero yo no firmé nada porque mi hijo no tenía arma de fuego para empezar un enfrentamiento. Cuando mucho, pudo haber un desacato a la autoridad o no atender a la voz de alto”.
Su hijo actualmente, trabajaba vendiendo mango y mamón para rebuscarse y medio comer. Se encontraba de visita en la zona y deja a una hija de ocho años de edad en orfandad.