Más de cuatro años tienen los transportistas que laboran en la ruta Caribe-Camurí Grande solicitándole a Imvitracv una jornada de bacheo, puesto que los huecos están afectando el servicio de transporte.
Andrés Espinoza, fiscal de la ruta, explica que en varias oportunidades han denunciando la situación que ha generado la paralización de 30 carros, resolviendo el déficit con 20 a media máquina.
“De cincuenta unidades, solo veinte están operativos, debido a la falta de reparación en la calle. Semanas atrás, le pusieron pañitos de agua caliente, los cuales ya no solucionan los enormes huecos que adornan la vía, por eso deben tomar cartas en el asunto”.
Asegura que la carretera tiene tres años sin recibir un “cariñito”, siendo los principales perjudicados los choferes. “Las quejas han sido notificada en varias oportunidades a los presidentes de líneas, quienes están buscando los mecanismos para solventar la crisis de cauchos y baterías lo más pronto posible”.
Afirma que los accidentes están a la orden del día, por las maniobras que deben hacer los conductores para tratar de esquivar los huecos.
Inseguridad continúa haciendo de las suyas
Señala que alrededor de tres robos registran los transportistas entre Tanaguarena y Naiguatá. Ya no están denunciando, porque solo pierden el tiempo y los efectivos de seguridad no realizan monitoreos policiales en la zona, además, tampoco tienen un módulo al cual recurrir.
Asevera que en la parada de Caribe, al frente de la estación de servicio, están a merced del hampa, mientras, camino a Naiguatá, los asaltantes aprovechan para robar y bajarse en Tanaguarena. “Estamos trabajando hasta las ocho, porque después de esa hora el lugar es zona roja, y sin embargo, si en una semana los robos son muy seguidos, laboramos hasta las 6:00. Estamos trabajando con miedo”.
Pasajeros se quejan ante acentuada falta de unidades
Para los residentes de Naiguatá, el déficit de transporte público se ha convertido en una tortura, denuncian que deben pasar hasta dos horas en la parada del pueblo para abordar una buseta que los traslade hasta Caribe o Maiquetía.
Rosa Monroy explica que los “piratas” se están aprovechando de la situación para cobrar hasta Bs. 60, siendo la tarifa establecida Bs. 20.
“Los dos autobuses de la Alcaldía brillan por su ausencia, el resto vamos de mal en peor, las autoridades parecen que se han olvidado de nosotros, necesitamos respuestas a nuestras problemáticas. El transporte se ha convertido en un dolor de cabeza”.
Informa que a ninguna hora hay suficientes carros en la parada. En caso de una urgencia, se paga un taxi hasta Caribe en Bs. 250, y a Maiquetía Bs. 500.
“Es más fácil subir a Caracas que salir de Naiguatá. Los carros de la Alcaldía están haciendo operación morrocoy. Por falta de repuestos cada día hay más vehículos parados, y los pocos operativos, están prestando un servicio a media máquina. La Alcaldía y la Gobernación deben meterle la mano al sector transporte, porque está en una grave crisis, llegará el momento que habrá un paro técnico”. LC/ep