Choferes de la Soublette no denuncian por miedo a represalias

Lorena Correa, [email protected] Contra la pared están los transportistas de la Soublette a causa del repunte de robos registrados durante las últimas semanas. Señalan que hasta ocho robos a mano armada son registrados al día, situación que no están denunciando por miedo a represalias.

Los choferes, quienes prefieren reservar su identidad, explican que en una semana pueden registrar más de 30 robos.

“El dispositivo de seguridad contra los robabusetas no ha llegado a la Soublette. Tal vez están esperando que asesinen a alguno de nosotros para poner su despliegue a funcionar, entre la inseguridad y la falta de repuestos nos la estamos viendo negras para salir adelante”.

Aseguran que ya tienen identificados a los atracadores, por eso en muchas ocasiones solo roban a los pasajeros, lo que se convierte en un arma de doble filo porque los usuarios los tildan como cómplices.

“Hace poco tiempo un asaltante me metió el dedo en el ojo y me provocó daños graves, ahora debo operarme. Los directivos de líneas deben buscar los mecanismos para velar por nuestra integridad, llegará el momento de paralizar el servicio porque no se puede trabajar con tanta zozobra, no es justo que varios robos hayan ocurrido a puertas del módulo de la Guardia Nacional en la Redoma y los efectivos ni se dan cuenta, el espacio está de adorno”.

Resaltan que los hurtos pueden ocurrir a cualquier hora del día y en diferentes puntos del sector. “Hace falta recuperar el alumbrado en la vuelta de los autobuses, porque está dando pie a que puedan atracar con más cancha”.

Reducen horario por temor

Comentan que se han visto en la obligación de reducir sus jornadas laborales por temor. Por eso están trabajando solo hasta las seis de la tarde, mientras que anteriormente laboraban hasta las nueve.

Señalan que están “a la buena de Dios” cada vez que salen a buscar el pan de su hogar. “Ahora la situación es más grave porque también están robando las bolsas de alimentos de los pasajeros, de esto no se salva nadie, estamos en las manos de Dios. Salimos de casa sin saber si regresaremos con vida, por eso los puntos de control de solo una semana no ayudan en nada”. LC/ar